Orar y trabajar por la paz, 'una necesidad' para los católicos
El Arzobispo de Yucatán emite un mensaje con motivo del Día Nacional de la Familia y el Día Internacional de la Mujer
Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Con motivo del Día Nacional de la Familia y el Día Internacional de la Mujer, a celebrarse el 8 de marzo, el Arzobispo de Yucatán, Mons. Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, emitió un mensaje a los fieles, en el que señaló que ambas efemérides le brindan la oportunidad de valorar la estrecha relación que existe entre ellas, sobre todo en la transmisión de la vida y en la educación de las personas.
“Una buena familia trae a la mente que hay en ella grandes y magníficas mujeres. A ellas el agradecimiento de la Iglesia y el reconocimiento de la sociedad”, dijo.
El prelado recordó que el Papa Francisco ha estado sensibilizando en este tiempo de Cuaresma acerca de la necesidad y cierta urgencia de orar y trabajar por la paz. En este sentido, recordó los acontecimientos tristes que suceden en otras partes del mundo, donde los cristianos son perseguidos, acosados y hasta ejecutados.
Asimismo, indicó que no hay que olvidar la violencia provocada por el narcotráfico que enluta muchos hogares, unos por ejecutar a personas y a otras familias por hacer a sus hijos dependientes. “Éstas y otras situaciones generan molestia, disgusto, enojo y hacen experimentar a quienes lo sienten impotencia de cambiar las cosas”.
“Dios nos libre de que en nuestros propios hogares exista la molestia y violencia. La frustración en el hogar, aunada a la vivida en la calle, hace que las personas lleguen más rápido a la desesperación y desilusión”, expresó.
“El no dar importancia al enojo e insatisfacción alimenta una posible violencia más generalizada. La capacidad y deseo de transformación y mejoramiento comunitario pasa por la molestia y de allí es muy fácil que se manifieste a través de la violencia”, dijo.
Sin embargo, señaló que junto a esta situación, está también lo positivo, que da esperanza de un futuro mejor, “siempre y cuando hoy seamos capaces de fortalecer nuestra confianza en Dios y reorientar nuestra vida personal y comunitaria”.
“La familia yucateca ha sabido, como nos enseña el Papa Francisco, ver en el rostro del que sufre la presencia de Dios. Bendito Dios que ha permitido a los padres y madres de familia de esta tierra del Mayab educar a sus hijos e hijas por el camino del agradecimiento por lo recibido y del servicio y testimonio”, afirmó.
“Estas dos caras de una misma realidad hacen que la invitación del Santo Padre a orar y trabajar por la paz sea una necesidad para todos nosotros. Orar a Dios para hacernos solidarios con tantos hermanos en la fe que sufren y viven angustiados, por los que sufren en carne propia persecución y falta de seguridad. Orar a Dios por las personas que generan sufrimiento y dolor, por los que abusan de sus pueblos y comunidades, por los que se aprovechan de la ignorancia de los suyos, etc. Para que Dios toque sus corazones y tengan un sentimiento de humanidad y solidaridad”, indicó.