Coral Díaz/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Una llamada… El caso: un intento de suicidio. Un hombre que se trató de ahorcar y no lo consiguió. Necesitaba de manera urgente ayuda y el grupo psicoeducativo “Vivir en Plenitud” estaba dispuesto a apoyarlo.

Su presidenta, Alejandrina Escaroz Soler, personalmente acudió al Hospital Juárez donde se encontraba el hombre enfermo y platicó con sus familiares acerca del trabajo que realiza la agrupación, por lo que después de estar en terapia intensiva, quedar estable y que lo dieran de alta, la persona acudió al grupo, aún con la marca en el cuello.

Se trata de una de las historias que se presentan a diario debido a la depresión, ya que la persona no tiene las herramientas para hacerle frente al trastorno y su familia no sabe cómo apoyarlo.

Integrándose al grupo, siendo constante, con un buen tratamiento farmacológico y profesional, así como con el apoyo de su familia, esta persona dejó atrás las marcas del episodio del que fue presa, debido a no tener una estabilidad mental... y salió adelante.

Ahora habla de su familia, de sus hijos y puede reconocer lo que iba a perder por un estado depresivo grave.

Pero ésta es sólo una historia de las miles que los especialistas de este organismo reciben, aunque en muchos casos se logra la recuperación.

También hay testimonios de las familias en donde desafortunadamente la persona no logra salvarse, por lo que en sus hogares dejan un daño importante.

Los familiares reciben apoyo psicoeducativo para que superen este episodio y entiendan lo sucedido.

Asimismo, llegan parejas que acuden a recibir ayuda porque el esposo está deprimido y aunque tiene toda la atención de su familia y cuenta con trabajo está vacío por dentro; el común denominador de lo que ocasiona la depresión.

“En éste como en otros casos lloramos; como el día en que los recibimos es inmensamente gratificante; lo que necesitamos es más constancia y ganas de hacer esto”, puntualizó.