Hay un grupo de cómicos y payasos que suelen contratar para las campañas políticas y para ciertos programas fijos del  Ayuntamiento. Estos "shows" se programan de manera gratuita en colonia marginadas, al carecer de producción son muy baratos y fáciles de presentar a media calle o en cualquier cancha de básquetbol. En lamentable contraposición a su dúctil presencia, el contenido es vulgar e incluso incita a la violencia verbal contra los niños.

Hace poco estaba con mis sobrinas viendo un "show" de estos en la colonias El Roble. El payaso invita a los niños a participar en un concurso, los forma en parejas y comienza el espectáculo. Tristemente el "show" consiste en burlarse del físico de los niños: "A ti te tocó con pelo de púas", "Ni modo, hoy vino la fea y es tu pareja", "No te vaya a pisar tu pie el gordito porque quedas carne molida". Los niños se miran desconcertados mientras el público ríe y aplaude al grosero tipo con la cara mal pintada que los ofende frente a toda la colonia. Al final, a cambio de ridiculizarlos en público les ofrece globos.

En estos momentos en que el fenómeno del bullying está generando severos problemas de violencia que incluso ha llevado a muchos adolescentes al suicidio, es imperdonable que además se le pague a un grupo de gentes que promuevan la discriminación, la burla y el abuso. No hay dicho perdido: lo barato sale caro. ¡No a la cultura de los cómicos baratos! Urge una comisión de cultura que revise los contenidos de los "shows" que contratan para los niños, que establezca criterios de contratación y se haga el tiempo de ver lo que van a contratar y a quienes van a contratar.

En la mayoría de los casos, estos cómicos no tienen curriculum ni formación académica. Eso no es lo reprochable; que establezcan su discurso a través del escarnio, sí. Entiendo que no es teatro, que no tiene pretensión de serlo, pero por muy indefinido que sea el concepto del "show" no debe pasar por alto el respeto y que una palabra que agrede al niño de hoy establece serios problemas en el hombre de mañana.

Hay espectáculos de teatro bar donde el público goza que le mienten la madre o les hagan bromas respecto a su sexualidad, ahí sí, que cada quien su mal gusto y sus ganas de gastar dinero. Pero los niños no eligen, somos los adultos quienes elegimos por ellos. Ya es tiempo de tomar decisiones que fortalezcan la autoestima, la risa y la felicidad de las niñas y los niños yucatecos. Ya es tiempo de pedir que nuestros políticos manifiesten buen gusto en la cultura.