Publicidad engañosa, una villana en TV
La OMS reconoce que los anuncios publicitarios dirigidos a los niños son de alimentos ricos en grasas, azúcar y sal, y no hay duda de que influyen en lo que prefieren comer.
Georgina Montalvo/Natalia Vitela/Agencia Reforma
MÉXICO, D.F.- La publicidad engañosa de alimentos 'chatarra' y el largo tiempo que pasan los niños viendo televisión se han convertido en fieles aliados del sedentarismo y de los malos hábitos de alimentación infantil, dos factores que abonan a los problemas de obesidad, advirtieron especialistas.
Actualmente, el 34.4 por ciento de niños y niñas del país padece obesidad o sobrepeso, según reportó la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut).
El grueso de los anuncios publicitarios dirigidos a los niños son de alimentos ricos en grasas, azúcar y sal, reconoce la Organización Mundial de la Salud, y no hay duda de que esa publicidad influye en lo que prefieren comer y en lo que piden a sus padres.
"Esta publicidad los lleva a malos hábitos alimentarios porque es manipuladora y engañosa", considera Alejandro Calvillo, director de la asociación civil El Poder del Consumidor (EPC).
La publicidad de estos alimentos, comenta Carola García, investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, presenta el producto como algo divertido, que produce satisfacción inmediata y es placentero.
"Se fomenta la creencia de que no importa qué tan nutritivo sea el alimento, que es preferible comer algo agradable y divertido, sabroso, de buena textura, crujiente, esponjosito", dice.
El efecto de esta comida en la salud de los niños explica en parte que México tenga el primer lugar en el mundo en obesidad infantil.
"El problema con los alimentos de alta densidad energética es que no generan en los niños el efecto de saciedad, por eso no saben cuándo deben parar de comerlos; contrario a cuando se come fibra de verduras y frutas que, junto con nutrimentos como el azúcar y el agua, dan la sensación de plenitud en el estómago", explica Guillermo Meléndez, consultor en nutrición y metabolismo en la Fundación Mexicana para la Salud.
Según un estudio de EPC realizado en 2010, México es el país con mayor cantidad de anuncios de comida chatarra en televisión por hora de programación infantil entre los países de la OCDE, pues en 60 minutos se exponen 11 anuncios de alimentos de este tipo. Si en promedio ven tres horas de televisión al día, habrán estado expuestos a más de 12 mil mensajes de comida chatarra en un año.
Niños vulnerables
Ante las evidencias y la ausencia de regulación oficial en esta materia --pues en la actualidad sólo existe un código de autorregulación de la industria alimentaria, el PABI--, los expertos sugieren a los padres ser más críticos con los anuncios, no ceder ante la insistencia de los niños de comprar esos alimentos y reducir las horas de televisión.
Un estudio realizado en 1999 por investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública evidenció que por cada hora de televisión, el riesgo de obesidad crece en 12 por ciento, y una investigación europea del año 2000, encontró que los niños que ven televisión cuatro o más horas al día tienen mayor peso y grasa corporal, a diferencia de los que ven menos de una hora.
"La publicidad de comida chatarra dirigida a la infancia es uno de los factores que más inciden en el deterioro de los hábitos alimentarios de los niños en México. Esta publicidad atenta contra la salud en mayor medida que la del tabaco para los adultos, ya que se trata de un sector vulnerable. Los menores no están en capacidad de entender las consecuencias que genera el consumo habitual de estos productos", comentó Abelardo Ávila, investigador del Instituto Nacional de Nutrición en la presentación del estudio de EPC.
Ojo crítico y límites
Ésta es la razón por la que los adultos deben ser críticos ante ese tipo de publicidad, en tanto no exista una regulación oficial, considera Guillermo Meléndez, pues el "problema de obesidad infantil ya está aquí y los casos de diabetes en esa población, también".
Ser escéptico ante los anuncios comerciales puede ser el inicio, enfatiza el médico internista.
De cada anuncio dirigido a niños puede preguntarse: ¿Es posible el efecto que dice tener o es una fantasíatt? ¿Recurre al regalo de un juguete para convencer? ¿El éxito deportivo se puede obtener sólo consumiendo ese alimento? ¿Ridiculiza la buena alimentación? ¿Enfrenta a los niños con los adultos? ¿Realmente está hecho con frutas? Además, en la etiqueta debe observar si contiene saborizantes artificiales.
En función de su propio análisis podrá responder y poner límites a la demanda de sus hijos.
Y va la epidemia en aumento...
Prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños y niñas de 5-11 años de edad según la ENSANUT 2012:
Niños
Año: 1999
Sobrepeso: 18.6%
Obesidad: 9.6
Año: 2006
Sobrepeso: 20.8
Obesidad: 16.6
Año: 2012
Sobrepeso: 19.5
Obesidad: 17.4
Niñas
Año: 1999
Sobrepeso: 17.2
Obesidad: 8.3
Año: 2006
Sobrepeso: 19.7
Obesidad: 12.6
Año: 2012
Sobrepeso: 20.2
Obesidad: 11.8