William Sierra/Milenio Novedades
MÉRIDA.-Llevando una vida como de cualquier otra, con un trabajo seguro en una universidad, sin pasar ningún tipo de apuros y teniendo el cobijo de su familia, María Garu no se sentía satisfecha, por lo que se planteó un día una serie de cuestionamientos, tras los cuales determinó que deseaba hacer algo más en su vida: reencontrarse consigo misma y enfrentar sus miedos.

Así, la joven polaca decidió que la mejor manera de ser una “nueva María” era recorrer el continente americano, pero de una manera diferente, sola y eligiendo la bicicleta, por lo que al comunicar esta decisión a su familia le dijeron que estaba loca.

“Claro que estoy loca, pero de conocer, de aprender otras costumbres”, indicó la ciclista, quien lleva poco más de año y medio en esta travesía para la cual tuvo que sortear, de entrada el problema del idioma.

“Cuando salí de mi país apenas entendía un poco inglés y nada de español, pero ya ambos idiomas los domino”, comentó, tras indicar que nunca antes había salido de Polonia y otra dificultad que ha tenido que sortear es la falta de recursos económicos.

Siempre sonriente, la experta en artes marciales admitió que tenía cierto temor por los comentarios que tenía de que México es un país peligroso, de que hay mucho narcotráfico, violencia, y alimentado aún más por el asesinato de un compatriota cuando visitaba Chiapas.

Comentó que tenia algo de miedo de visitar México. (Foto: José Acosta/Milenio Novedades)

“La verdad ha sido todo lo contrario a lo que dicen en Europa, Canadá y Estados Unidos. Aquí en México me he encontrado con gente muy cariñosa, amable, hospitalaria, como Raúl Espejo, con quien se encuentra hospedada en esta ciudad al pertenecer a la comunidad internacional Warm Shower, que da en todo el mundo un sitio para hospedarse a cicloturistas”, señaló.

María dijo que decidió emprender este viaje en América y no Europa, pues al estar lejos de su casa, no había oportunidad de arrepentirse. De hecho, reconoció que al principio fue muy difícil, pues sola, en su casa de campaña, en Alaska, unos lobos llegaron a estar ceca de ella, y tuvo mucho miedo.

También durante el invierno en Canadá y Estados Unidos pasó muchos apuros con el clima, pues no traía el equipo adecuado, y por eso decidió recorrer rápido ambos países, en unos cinco meses, todo lo contrario en México, donde lleva ya 10 meses, y espera pasar mucho más tiempo.

Este lapso de tiempo, dijo, “han sido ya suficientes para declararse admirada de las bellezas naturales y la geografía tan diversa que tiene México, con ríos, montañas, lagunas, bosques, y ahora le tocará conocer los cenotes, algo de lo que le han hablado mucho, así como de las zonas arqueológicas”.

“Le falta probar la cochinita pibil y le vamos a invitar a que la pruebe”, comentó su anfitrión, quien igual después de la entrevista la iba a llevar a conocer algunos cenotes.
“Estoy muy emocionada por ir a un cenote, son únicos de por aquí”, agregó la ciclista, de 34 años de edad.

Por el momento, María señaló que no tiene idea de cuánto tiempo le va a llevar concluir esta aventura, aunque enfatizó de lo único que está segura es que cuando acabe y regrese a su natal Polonia lo haría siendo una nueva persona.