Una fiesta de todos los días
El poder de la pluma.
¿Se han dado cuenta que el cambio de años es simplemente una situación mental, que podría visualizarse como ficticia y realmente intangible? Si bien es cierto que al iniciarse un año estamos dando una nueva vuelta al sol, ¿pero eso qué puede cambiar en nuestras vidas? ¿Por qué nos ponemos metas cada inicio de año cuando bien pudimos ponerlas en cualquier otro mes o día?
Pese a que acudo a las celebraciones de Año Nuevo con mi familia y mis amigos, sigo sin encontrar un significado realista al porqué tenemos que hacer fiesta los días primero y no los demás días del año, total que cada día es una bendición y cada día se inicia un nuevo periodo de un año.
¡Qué aguafiestas eres!, seguramente me dirán, pero el punto al que quiero llegar es que no tenemos que esperar al final del calendario para ponernos nuevas metas, para soñar y buscar nuevas oportunidades o para celebrar que estamos vivos. En lugar de decir: el lunes empiezo la dieta o bajar de peso será mi propósito de año nuevo, ¿por qué rayos no decimos “hoy comienzo” sin importar la fecha?
Y por si fuera poco entro a Facebook y miro a la gente deseando tener un año mejor y pidiendo desaparecer el que se va, pues fue un mal año, pero el pasado, aunque ya pasó, no se puede borrar, cada acción tiene una repercusión y todo lo ocurrido es un aprendizaje nuevo para el día a día si bien así lo queremos tomar.
No esperemos al Año Nuevo para querer resolver los problemas de antes, no busquemos quemarlos como algo que ya pasó porque lo ocurrido seguirá vigente en nuestras acciones diarias; mejor aprendamos de lo pasado para trabajar en el presente mientras nos guiamos al futuro que tenemos, esto sin importar el día, la fecha y el año, pues quien cuenta el tiempo vive menos al ver pasar los años cada vez más rápido.
Vivamos la magia de la superación y pongámonos objetivos a diario, pues los “propósitos de Año Nuevo” se olvidan en febrero.