A un mes
David Ojeda: A un mes
Han pasado 30 días desde que la variante de la Covid-19, Ómicron, llegó a Yucatán, causando la ola más fuerte en cuanto a número de contagios que hayamos tenido. En esta ola hemos aprendido, desde el punto de vista de sociedad y de la salud, muchas nuevas cosas como los tratamientos específicos, los tiempos de contagio y algunas otras cuestiones que andaban por ahí de manera latente como la desidia frente a la vacunación que ha costado caro.
Hablando de costos, he escuchado varias veces en este mes la frase “si tan solo nos hubiéramos vacunado antes”, pero bueno, el “hubiera no existe”, mucho menos después de que esta decisión vino tras gastar millón y medio de pesos en un tratamiento para la Covid grave o más costoso aún, tras haber perdido la vida de un ser querido. En esta ola aprendimos que sí existen garantías en la salud, pese a lo que los médicos pensábamos: está la certeza de que si no te has vacunado y te da Covid, tendrás un elevado número de probabilidades de complicarte, es más, de todos los pacientes graves que vi en este enero, ninguno tenía inmunización completa. Con lo anterior, vuelvo a invitar a los que aún no se han vacunado a hacerlo.
A un mes, también aprendimos que el Gobierno ya se lavó las manos, cumplió con su obligación de darnos la vacuna y con ello dijo que no es necesario tomar mayores medidas y que la economía va primero que la vida. Aprendimos por tanto, qué clase de política emplean, qué clase de personas son, aunque no todo es crítica para ellos, pues gracias a su campaña de vacunación aprendimos con júbilo que la mortalidad por esta enfermedad la podemos disminuir, que la vacuna y las nuevas medicinas son efectivas y han llevado a la Covid a comportarse como un fuerte y duradero catarro y que, si el paciente, aún no vacunado se trata a tiempo, la puede brincar, como por ejemplo un paciente con Covid-19 grave de ciento siete años de edad a quien di de alta esta semana, pero del cual luego les platicaré si su familia me lo autoriza. Aprendimos que hay medicamentos como el Molnupiravir, la dexametasona o el Remdesivir que han dado buenos resultados si se administran a tiempo y que quien receta Aztiromocina e Hidrocloroquina lo hace sin fundamento y sin seguir las guías de práctica clínica mexicanas o internacionales.
Aprendimos que es tiempo de vencer nuestro miedo al coronavirus y que quizá, muy pronto, se vuelva una enfermedad endémica, parte de nuestra vida, por tanto, tendremos que cambiar las actividades que antes teníamos, cuidarnos y valernos por nosotros mismos y nunca esperar que los gobernantes hagan las cosas por nosotros. Estamos a punto de vencer a esta ola, pero no nos vayamos con la finta, si la vacunación no continúa aparecerá una nueva variante que nos lleve a retornar al mismo problema.