Amor es…, incluirte en el presupuesto

Raúl Monforte: Amor es…, incluirte en el presupuesto

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Hoy, si una idea “prende”, es muy fácil que rápidamente alcance niveles inimaginables de difusión gracias a las redes sociales. Por eso admiro mucho esas poderosas ideas del pasado que lograron convertirse en fenómenos de la comunicación sin haber contado con la ayuda de las herramientas que ahora tenemos a la mano.

Fue Kim Casali, la dibujante neozelandesa, quien creó los famosos dibujos que en los años setenta del siglo pasado fueron adoptados por toda una generación de jóvenes enamorados en el mundo, para expresar el amor a sus parejas. De hecho ella inició estos dibujos cuando conoció a quien sería su esposo y decidió dedicarle estas notas, que luego empezaron a gustar a sus amigos y comenzó a elaborarlas como folletos que vendía por un dólar. En el pico de su fenomenal éxito, Love is… le representaba a la artista entre 4 y 5 millones de dólares en regalías.

Pues bien, esta breve cápsula cultural me sirve de marco propicio para comentar lo que muchos políticos de hoy en día dicen: Amor es…, incluirte en el presupuesto.
Así, para el gobierno de nuestro país, podemos observar que su amor o sus intereses no están puestos preponderantemente en la educación, en la salud o en la seguridad, sino en proyectos como el tren maya o la refinería de Dos Bocas. Incluso se aprueban con asombrosa facilidad partidas presupuestales adicionales que no se habían considerado originalmente y hacen duplicar los montos iniciales de inversión.

Por el contrario, en los Estados Unidos ya cuentan con el Inflation Reduction Act (IRA), un histórico programa propuesto por la administración Biden, que ya ha sido aprobado por las cámaras de senadores y de representantes, que incluye medidas y disposiciones presupuestales sin precedente, no solamente para combatir la inflación global como lo indica su nombre, sino que al mismo tiempo estimula que se generen las acciones más ambiciosas que cualquier país haya implementado hasta hoy, para alcanzar la descarbonización de la economía, en concordancia con los compromisos del Acuerdo de París y con la urgente necesidad de eliminar cuanto antes las emisiones de gases de efecto invernadero.

La importancia global de este programa radica en que, a pesar de tratarse de un asunto de política pública interno de dicho país, tendrá sin lugar a dudas implicaciones transcontinentales, y para México, como socio comercial dentro del T-MEC, le representará una amplia red de oportunidades que aún ni nos imaginamos.

El IRA incluye importantes estímulos fiscales tanto a la inversión, como a la producción de energía limpia (ITC y PTC), que se multiplican si cumplen condiciones de contenido doméstico, medidas laborales que implican la inclusión de aprendices o si tienen impacto en comunidades desfavorecidas.

Estimula con enormes cantidades de dinero una rápida transición a la fabricación y utilización de vehículos eléctricos y sus redes de estaciones de carga. Favorece proyectos de almacenamiento de energía tanto residenciales, como comerciales e industriales, ya sea frente al medidor, detrás del medidor o aislados.

En suma, el IRA es una prueba más de que el amor se demuestra destinando suficiente presupuesto a lo que verdaderamente importa.

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