|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Cuando atendemos a lo que no merece nuestra atención, nos complicamos, perdemos el tiempo y la energía; nos desgastamos y frustramos. Además perdemos la oportunidad de ocuparnos de algo que realmente nos interesa.

“Elegir” también significa tomar una decisión. Generalmente cuesta hacerlo por la inseguridad que sentimos, ya que al elegir algo dejamos atrás otras cosas.

Elegir implica sin duda renuncia. Sin embargo, lo importante es elegir lo que queremos. Aprender esto es indispensable si queremos avanzar en nuestra autonomía. De otra manera, las diferentes alternativas se cruzan en la mente y no llegamos a ninguna opción, es decir, a elegir. Para lograr nuestros objetivos hay que escoger lo que nos lleva a ellos o sea a lo que nos interesa y conviene para avanzar hacia nuestras metas.

Es imposible obligar a otros a comportarse como nosotros creemos que es el modo correcto, aunque lo sea. Solo a través de nuestro ejemplo es probable conseguir que la actitud del otro mejore. Cuando nos resistimos a un comportamiento que nos disgusta o que nos hace daño e intentamos cambiarlo, lo más probable es que consigamos el efecto contrario y la situación empeore.

Si estás en desacuerdo con la actitud de alguien, no se lo digas pues persistirá en dicha actitud. No dediquemos atención y energía a lo que no está bien y enfoquémonos solo a lo positivo. El resultado será mejor que con las palabras.

Igualmente, cuando no podamos dejar de pensar en algo que nos deprime y tendamos a pensar más y más en lo negativo, adentrándonos en la desesperación, hay que hacer todo lo contrario.

Hagamos que nuestra mente e imaginación cambien de “canal” y atiendan a otras cosas más positivas (algún buen recuerdo, un lugar hermoso donde hemos estado…, etc.); la mente descansará y recuperaremos fuerza.

Entonces podremos esforzarnos con ideas positivas para salir del circulo vicioso de la tristeza, de la negatividad y de la desesperanza.

Una herramienta que ayuda muchísimo a cambiar nuestro foco de atención a lo que deseamos es la visualización, llamada también “atención consciente”. Esto es relajarse, estar quieto@ y tranquil@ en una postura cómoda, respirar de forma lenta y profunda y repetir interiormente alguna afirmación positiva que nos ayude a sentirnos mejor como: “Hay tantas maravillas en mi vida y tengo tantas cosas buenas, que solo presto atención a lo que me engrandece y me hace sentir mejor, mejor y mejor”.

Practicando esto, aprendemos a prestar atención al presente, al cuerpo y a la respiración y nos servirá para dirigir nuestra atención únicamente a lo positivo que queremos. Pruébalo y verás los buenos resultados.

¡Ánimo!, hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton