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Todas las cámaras empresariales y organismos sociales tienen objetivos específicos para que se desarrollen sus agremiados en aras de una mejor sociedad; por ejemplo, hay grupos que abogan por los derechos humanos y la Canacintra por las condiciones generales de creación o consolidación de empleos industriales , pero la Coparmex tiene objetivos más elevados: los patrones empresariales tienen una visión más global de la administración pública, económica y social, sus contrapesos son siempre más contundentes y valiosos.

No soy amigo de José Antonio Loret de Mola, pero sí de sus acciones que denotan una claridad y respetuosa valentía para señalar políticas públicas y oportunidades de desarrollo en Yucatán; el análisis publicado por Coparmex en 2017 al comparar Yucatán con Querétaro, un estado con la misma población y PIB, mediante el destino de su presupuesto y resultados dio mucho que pensar sobre la calidad de la administración del gobierno de Rolando Zapata: la valentía de sus palabras ante los primeros actos del presidente López Obrador revelan un método de pensamiento donde no cuestiona la validez de la agenda sino el método de solución de los problemas. José Antonio no busca aplausos, ni huesos, sino que promueve debate y estudio de las políticas en todos los órdenes de gobierno para lograr resultados reales.

Este artículo nació de la lectura de su discurso en días recientes cuya copia pedí a unos periodistas y una vez más sorprenden los temas que apunta, aunque no me sorprende el poco eco que ha tenido en la sociedad porque por más liderazgo e innovación que tenga un líder, si no se acompaña de una sociedad crítica y organizada, cualquier contrapeso solitario se convierte en una voz aislada sin efecto trascendente.

En su discurso expuso desde errores en el sexenio anterior, como el no haber esclarecido las empresas fantasma como una vacuna para que no vuelva a pasar (aunque postuló que todas las compras públicas deben ser a empresas afiliadas a cámaras empresariales para validar legitimidad y reputación) y externó preocupaciones por omisiones e improvisaciones del presupuesto del actual gobierno.

Aclaro que el gobernador Vila merece mi reconocimiento al realizar el ejercicio voluntario de abrir a escrutinio el presupuesto como un acto inédito, porque antes el gobernador solo hacía un ejercicio de levantar propuestas antes de realizarlo; la diferencia en esta ocasión es que se expone el proyecto de presupuesto, esto es democracia activa.

Todos sabemos que las obras públicas sin legitimidad en la sociedad causan tres cosas: que el siguiente gobierno las elimine, les recorte presupuesto o hagan cambiar el resultado electoral.
No me sorprende el carácter, oportunidad y visión de las propuestas de la Coparmex dirigida por Loret, tampoco la apertura y buen gobierno de Vila, lo que sí me sorprende es el silencio de la sociedad cuando vemos esfuerzos solitarios de excelente análisis y la indiferencia ante un discurso valioso para erradicar vicios y generar soluciones para un mejor Yucatán.

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