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Esas montañas que llevas a cuestas,
solo las tenías que escalar
Najwa Zebian

Es probable que alguna vez en tu vida te hayas perdido y no me refiero a la ubicación espacial, sino a la emocional. Creo que toda persona ha sentido, siente o sentirá en algún momento y la necesidad de estar a salvo, de encontrar un lugar seguro, allí donde no exista el riesgo a ser herido.

Según lo que he escuchado, vivido y comprendido durante mi paso por este mundo, la mayoría de las personas, si no es que todas, buscan de manera constante la protección y la seguridad. Unos le llaman instinto de supervivencia y otros hambre de poder, algunos más estabilidad emocional.

No es algo malo pretender todo aquello, los inconvenientes se presentan cuando la búsqueda se dirige hacia algo o alguien externo a uno mismo, porque en ese momento deja de ser un encuentro propio, haciendo de lado el bienestar personal.

Buscar respuestas en el exterior no siempre funciona, sobre todo cuando las interrogantes son propias y vienen de adentro. Es muy normal que quienes no se sienten bien desde el interior perciban una frecuente incomodidad de lo que sucede afuera. Y aunque es algo que suena muy lógico, es real que casi nadie lo considera a la hora de tomar decisiones importantes.

Un día, casi por casualidad, me topé con información acerca de una joven llamada Najwa Zebian, quien tuvo que dejar su vida en Líbano a los 16 años, algo que la hizo sentir perdida, sola y desamparada, pero en lugar de dejarse vencer ella aprendió que el mejor refugio que podría encontrar en el mundo entero se hallaba en su interior, fue así que decidió trabajar arduamente para hacer de ese lugar propio algo seguro, lleno de paz y libre de miedos.

Con sus experiencias Najwa se convirtió en impulsora de lo que llama el hogar interior, “cuando construyes un hogar en tu interior, eres imparable, porque ya no te paseas por las calles como un vagabundo, suplicando que alguien te dé refugio”, así versa una frase de su libro “Volver a casa”.

Es interesante adoptar el pensamiento de Najwa, porque al percibirlo de manera objetiva y comparar con un hogar la esencia de todo aquello que sucede dentro de uno mismo, surge la premisa de un cimiento, el cual debe ir equipado con los mejores materiales. Eso hace de una construcción algo firme y seguro.

Lo mismo sucede con el refugio interior, es importante que sea fuerte, sano y duradero desde un principio, ya que solo de esa manera se logrará edificar una fortaleza que soporte las tormentas y embates del exterior.

Una vez que logras ese sitio personal que llevas dentro de ti, que has fabricado a tu libre antojo, creado con materiales que te permiten armonía, felicidad, paz y realización propia, es seguro que dejarás de buscar afuera las respuestas, porque tendrás la convicción de que posees un refugio, un hogar interior al que puedes acudir todos los días y en cualquier momento para sentirte a salvo. Pero recuerda, es importante que elijas buenos cimientos e insumos de calidad, para que tu sitio permanezca firme por mucho tiempo.

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