El 2024 y los retos para la educación básica
Martín Martínez Erosa: El 2024 y los retos para la educación básica
Terminó un 2023 que fue de muchos cambios para los involucrados en la educación básica en México. Fue un año que trajo consigo un nuevo plan de estudios, la tarea de comprender nuevos conceptos como el de programa sintético o programa analítico, nuevos libros de texto gratuitos, un solo libro para todas las secundarias del país, nuevo acuerdo de evaluación, nuevas formas de evaluar y asignar calificaciones a estudiantes, nuevas metodologías de trabajo en las aulas con los estudiantes, incluso terminó el año con las noticias sensacionalistas de los resultados de la prueba PISA y el supuesto retroceso de nuestros estudiantes.
Sin duda el año que terminó trajo a los profesionales de la educación básica muchas dudas y muchas incertidumbres, pero finalizó dejando muchas satisfacciones, mayores certezas y buenas perspectivas para el futuro.
El año que inicia viene cargado de muchos retos y perspectivas para todos los docentes y directivos de escuelas de nivel preescolar, primaria y secundaria. Es importante fortalecer el manejo de las nuevas metodologías de proyectos, preferentemente vinculatorios entre disciplinas, terminar de interiorizar la importancia de los programas sintéticos, manejar con soltura y mayor dominio los libros de texto gratuitos, poder hacer los ajustes pertinentes a los mismos libros, planear y diseñar actividades de acuerdo a las realidades de los estudiantes, especialmente para cubrir los contenidos de los programas analíticos que no se incluyen en los libros de texto.
Un reto mayúsculo para los profesores de secundaria es poder mantener la comunicación y organizarse con los colegas de diferentes disciplinas para poder planear de manera colaborativa diferentes proyectos para abordar los temas con los estudiantes.
No hay que olvidar el reto de diferenciar qué es la evaluación de los estudiantes y qué es la asignación de la calificación, porque, aunque parezca lo mismo tiene implicaciones y alcances distintos.
Pero el reto más grande que tenemos los involucrados en la educación básica es tener siempre presente el espíritu de la llamada Nueva Escuela Mexicana, la recuperación del vínculo entre la escuela y la comunidad, considerar los contextos donde está inmersa la escuela y poder contribuir a su desarrollo con un enfoque humanista y colaborativo, donde todos son importantes y donde los estudiantes tienen voz y opinión para transformar las realidades que viven y se generen cambios que mejoren la vida y las posibilidades de la comunidad en conjunto. Estamos ante la posibilidad histórica de reposicionar la escuela como el elemento de cambio de la sociedad y no debemos desaprovecharla. Pero para ello todos los involucrados tenemos que ser honestos y comenzar el cambio con nosotros, porque ya no es posible querer cambiar haciendo lo mismo de siempre.
No, realmente no es fácil. Pero sí es muy satisfactorio el resultado final. Como profesionales de la educación tenemos que estar conscientes del impacto que tenemos en las aulas y la sociedad que estamos dejando para el futuro de este país.
Sí, tenemos un gran reto educativo como nación, pero las maestras y maestros de este país estamos listos para afrontarlo.