Ver la vida desde la pantalla de un dispositivo

Martín Martínez Erosa: Ver la vida desde la pantalla de un dispositivo

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Adaptarse o morir… Charles Darwin sintetiza magistralmente la necesidad de las especies para la supervivencia en un mundo cambiante. Haciendo un símil en la sociedad actual, se podría decir que es importante adaptarse… o sufrir.

No es nada nuevo que entre una generación y otra existan brechas que propicien una dificultad en la comprensión de unos con otros. Se habla de los baby boomers, de la generación X, los millenials, los centennials y ahora, estamos viendo a la generación llamada Alfa.

Es un fenómeno común que los adolescentes y los adultos jóvenes vean a sus padres como pasados de moda y que asuman que no entienden la modernidad. Y así seguirá siendo, sin duda.

A lo largo de mi vida me he considerado una persona que tiende a adaptarse, he transitado de una máquina de escribir a computadoras, a portátiles, a tabletas y a teléfonos inteligentes. Con respecto a la tecnología, inicié como usuario de la televisión tradicional y de los videojuegos por consolas y vi llegar la televisión restringida, el nacimiento del internet, los juegos en línea, el streaming, las redes sociales y todo el fenómeno de inmediatez que esta vorágine tecnológica ha traído. De tener que esperar leer las noticias en el periódico del siguiente día, a verlas reportadas en vivo, a la hora que sea, desde donde sea. Y me he sentido cómodo con todos estos cambios. Solía pensar que las nuevas formas no me generaban dificultad ni conflicto… hasta recientemente.

Sin dejar de reconocer que soy un usuario frecuente del teléfono inteligente y de las redes sociales, estoy en una etapa de cuestionarme el cómo las personas parecen haber abdicado con gusto a su propia personalidad y esencia (y espero no a su humanidad) en aras de atrapar en un dispositivo un pseudo momento de la vida.

Pero para mí, el colmo ha sido la insistencia, casi enfermiza, de las personas que acuden a eventos en vivo y que dedican gran parte del tiempo grabando con sus dispositivos móviles, o incluso grabándose a ellos mismos en el evento.

Ha sido frustrante acudir al teatro, a algún evento deportivo o algún concierto y encontrarme con unas manos que se levantan y se sitúan entre mi vista y el escenario con un teléfono grabando, y tener que tratar de ver lo que ocurre en esa minúscula pantalla que se convierte en incómodo y grosero obstáculo para apreciar el espectáculo.

No sólo se ha perdido el respeto por el espacio (visual en este caso) de los demás, sino que se ha preferido dejar de lado la experiencia de disfrutar el espectáculo con el afán de tratar de hacer la mejor toma y de comprobarle al mundo que se estuvo ahí. No estoy en contra de tomar alguna foto o grabar un momento, pero sin caer en excesos.

Considero que necesitamos retomar partes importantes de la vida, disfrutar el momento, escuchar, oler, sentir y guardar lo importante en nuestra memoria, más que en una memoria digital. Redescubrámonos, le garantizo… vale la pena.

Lo más leído

skeleton





skeleton