Prueba superada
Columna de Ramón Pérez: Prueba superada
El paso de “Beryl” por la Península de Yucatán nos deja una reflexión importante sobre lo frágil que es la vida y lo impredecible que puede ser la naturaleza, desde un principio se esperaba que “Beryl” fuera un devastador huracán, una situación que generó mucho temor y, sobre todo, preparativos intensos, sin embargo, conforme se acercaba a la Península su fuerza disminuyó de categoría 3 y por fortuna al entrar fueron mucho menos daños a los esperados.
En esta ocasión, hemos superado la prueba, y lo digo porque la atención se enfocó en la prevención, en las indicaciones de las autoridades y eso dio como resultado que la gran mayoría tomáramos muy en serio el paso del meteoro por territorio yucateco.
Esto nos deja una muestra clara de que cuando se saben hacer las cosas y se hacen bien los resultados siempre serán los mejores. Por fortuna no se tuvieron daños muy considerables y, sobre todo, pérdidas humanas.
Lamentablemente hay que entender que alguna gente jugó con la imagen del huracán generando una especie de broma o chiste que, además, denotaba una falta completa de civismo, cultura y respeto a los procesos de la naturaleza, pero hoy podemos decir que en Yucatán se aprendió la lección que ya se había estudiado, si bien no era la primera vez que un huracán nos visitaría en el Estado, pues ya desde hace 22 años nos visitó “Isidoro”.
“Beryl” no fue la excepción a pesar de haber llegado con una categoría disminuida de un poco menos de uno y atravesar parte del oriente del Estado, los daños que dejó fueron menores debido a la cultura de la prevención y las medidas de precaución que se tomaron desde un inicio al saberse que el meteoro podría visitarnos.
Hoy, a dos días del paso de “Beryl” por la Península, analizamos dos cosas importantes; la primera, es que supimos qué hacer en el momento adecuado y, la segunda, es que no hay que confiarse porque la temporada de huracanes todavía está empezando y si bien “Beryl” fue muy prematuro, los siguientes podrían ser más puntuales. Así que la invitación es a que tomemos este tipo de fenómenos con seriedad y respeto, ya que están en juego vidas humanas y también los bienes materiales de las personas.
Esa reflexión me lleva a entender que hicimos algo importante, pues entendimos que hay que ser responsables y que debemos obedecer las indicaciones de los que saben y de las autoridades, después de varias horas de incertidumbre y muchas especulaciones, hoy podemos decir prueba superada.
Vale la pena reconocer que gracias a experiencias pasadas en el Estado ya contamos con una verdadera cultura de la prevención, lo que hizo que tomáramos con seriedad la situación que a todas luces se veía muy complicada.