Contaminación en las playas
El Poder de la Pluma.
En esta temporada de vacaciones me ha tocado participar en jornadas de limpieza de playas y zonas de manglar, situación que ha hecho crecer mi coraje al ver el descaro de muchas personas que tiran residuos por todos lados; en verdad encontramos muchos desperdicios que nunca debieron llegar ahí.
Este es un problema global y que aumenta de forma alarmante, pues gran parte de la contaminación presente en playas y océanos es generada por las acciones del hombre y su poca conciencia por preservar el ecosistema. Aun conociendo la gravedad de las consecuencias, muchas veces damos prioridad a los tiempos de recreación o descanso, y olvidamos la responsabilidad que tenemos frente al cuidado y protección de nuestro entorno natural.
La contaminación de playas y océanos es uno de los problemas que más preocupa a las organizaciones que trabajan por la protección y conservación del medio ambiente, debido a sus efectos en la vida animal y del hombre.
De acuerdo con el más reciente informe de la Organización de Naciones Unidas sobre el estado del planeta, las condiciones medioambientales “mediocres” son responsables “de alrededor del 25% de las muertes y enfermedades mundiales”. Otra investigación de Greenpeace (2015) sobre el plástico en los océanos dice que cada segundo reciben más de 200 kilos de basura, y que 8 millones de toneladas llegan a los mares cada año, debido al abandono o la mala gestión, formando el 60-80% de la basura marina, en su mayoría en forma de micro plásticos (inferiores a 5 mm).
Aunque se desconoce la cantidad exacta de plásticos en los mares, se estiman unos 5.50 mil millones de fragmentos, sin incluir los trozos que hay en el fondo marino o en las playas. Los microplásticos pueden ser ingeridos por crustáceos y peces, e incluso absorbidos por el plancton, causando problemas a la fauna animal por su presencia en el intestino y los contaminantes químicos que llevan. Además, pueden pasar a lo largo de la cadena alimentaria hasta llegar a nuestros platos.
Como turistas o visitantes de playas, debemos mantener un equilibrio entre el disfrute de las mismas y la protección de los ecosistemas costeros. Al visitar una playa, seamos responsables y no olvidemos llevar una mochila o bolso con platos y cubiertos no desechables, un envase rellenable para evitar comprar agua o jugo en botellas plásticas y una bolsa para la basura que generemos y la que encontremos. Si usted es propietario de restaurantes, hoteles o casetas, indique en el reglamento de sus establecimientos las normas de orden, limpieza y protección al medio ambiente y socialícelas entre sus clientes.
Así que la invitación desde este Caleidoscopio es a tomar en serio nuestra responsabilidad y si vamos de vacaciones a alguna playa no dejemos abandonados nuestros residuos. Si ya los llevaron, pues regrésenlos a su casa y ahí dispónganlos en un contenedor para asegurar su destino final.