Cápsulas, cuya sustancia activa es el pensamiento

José Luis Ripoll: Cápsulas, cuya sustancia activa es el pensamiento

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Este espacio editorial no suelo utilizarlo para asunto personales. Empero, en esta ocasión haré la excepción. Desde luego, previa reflexión. En días próximos estaré presentando al escrutinio público mi tercera obra: Filosofía en Movimiento. Aristóteles, Hobbes y Kant. Tres autores clásicos.

El amor a la sabiduría debe ser para todos, abandonar de una vez por todas la idea que reflexionar es para gente avezada en la filosofía, aburrida, caducos, que utilizan términos indescifrables. Hagamos filosofía mundana, tal como inició el amor a la sabiduría en occidente: en las calles, en las plazas. No tiene por qué ser aburrida, ni mucho menos incomprendida ni de difícil acceso.

El amor a la reflexión filosófica debe ser para todo aquel que realmente quiera ejercitarla. Por algo Epicuro de Samos invitó a su “academia del jardín” a prostitutas, ancianos y esclavos. En su época fue una locura. La filosofía en la polis griega era sólo para hombres virtuosos sin cadenas de vicios y para “gente de alta moral.”

Se dice que un autor es clásico cuando trasciende el espacio y el tiempo, cuando se queda en la memoria colectiva. El Diccionario de la Real Academia Española define lo clásico como lo perteneciente o relativo al momento histórico de una ciencia en el que se establecen teorías y modelos que son la base de su desarrollo posterior o que no se aparta de lo tradicional, de las reglas establecidas por la costumbre y el uso.

Hoy, después de 24 siglos, seguimos hablando de la filosofía de la antigüedad: Sócrates, Platón y Aristóteles. No significa que nos quedamos atrapados en el tiempo, en teorías ya superadas, sino que los temas que plantearon son consustanciales al hombre, independientemente del tiempo y lugar. Podemos afirmar que las sociedades evolucionan, y el adelanto científico y tecnológico ha transformado las relaciones humanas; empero, los problemas de la gente siguen siendo los mismos.

Gran parte de la solución de las vicisitudes humanas están contenidas en las ideas que sostuvieron los clásicos. Sólo basta con releerlos para darnos cuenta que, pese a los años, muchas de sus tesis siguen dando respuesta a las grandes interrogantes del hombre contemporáneo.

Aristóteles, Hobbes y Kant: tres autores de épocas diferentes; tres colosos del pensamiento. El primero pertenece a la filosofía clásica griega, el segundo, de los siglos XVI y XVII y el tercero, a la Ilustración (el Siglo de las Luces, el XVIII).

Aristóteles, Kant y Hobbes, en la historia de la filosofía no pueden pasar desapercibidos. Los tres pensaron para nosotros, para ayudarnos a comprender el mundo. Nadie como Aristóteles para indicarnos el derrotero del pensamiento filosófico de la antigüedad; la complejidad del Estado sería incompresible sin las tesis de Hobbes; la propia filosofía moderna no podría estudiarse sin considerar las ideas Kantianas.

Vayamos al encuentro de la Filosofía en Movimiento a través de estos tres gigantes del pensamiento universal. Fortalezcamos nuestro espíritu con vitaminas de reflexión, con cápsulas cuya sustancia activa no es más que el pensamiento.

Lo más leído

skeleton





skeleton