Palabra de político
La clase política dejó atrás el cultivo de la expresión oral, ahora se abusa de los barbarismos, anfibologías y frases que pretendiendo ser humorísticas o irónicas derivan en vulgaridades o francas groserías.
El título no se refiere a la palabra que cuando se empeña se cumple y que es parte del honor, sino a las palabras en boca de políticos, sobre todo en nuestra lengua que es polisémica, de significados según el contexto en que se utilicen. Y es que la palabra del político se ha devaluado tanto porque han olvidado la fineza de la expresión, ese galano arte de hablar que daba pie a verdaderas piezas de oratoria con metáforas bien empleadas. La retórica, pues.
La clase política dejó atrás el cultivo de la expresión oral, ahora se abusa de los barbarismos, anfibologías y frases que pretendiendo ser humorísticas o irónicas derivan en vulgaridades o francas groserías. Alex Grijelmo (La seducción de las palabras) dice que una palabra posee dos valores: el primero, personal del individuo y ligado a su vida propia, y el segundo, que se inserta en aquél pero alcanza a toda la colectividad.
¿Alguien recuerda un lema de campaña en el actual proceso electoral o un discurso brillante? Por el contrario, del “ni nos perjudica, ni nos beneficia, sino todo lo contrario”, de Luis Echeverría, pasando por el “cállate chachalaca” (de AMLO a Fox) hemos llegado a la diatriba con calificativos ofensivos. Aquí un breve recuento de los dichos de políticos:
“Defenderé el peso como un perro’’, de José López Portillo; “El 75 por ciento de los mexicanos ya tiene lavadora y no de las de dos patas” (Vicente Fox); “Me dan a tu hermana” (de Leonardo Rodríguez Alcaine a un reportero que le preguntó si le daban línea); “Estamos trabajando las 24 horas del día y partes de la noche” (Sócrates Rizo sobre las obras en Nuevo León); Sí es mi voz, pero no soy yo” (Mario Marín, el “Gober precioso”, sobre la grabación telefónica con Kamel Nacif); “Soy gobernador, no bombero” (Miguel Alemán cuando se quemó el mercado Hidalgo en Veracruz y le preguntaron si ya había ido al lugar del incendio); “A este señor le falta lo que a mí me sobra: ovarios” (Xóchitl Gálvez sobre la actuación contra el crimen organizado del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina).
De los actuales, recientemente José Antonio Meade aseguró que llevará a México a ser “potencia mundial y un país más chingón”; de “matraquero” calificó López Obrador al secretario de la Defensa, y el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, llamó “prietos que no aprietan” a quienes dejaron las filas del tricolor para irse a Morena. Así se expresan, es la palabra del político.