Todo es posible, si puedes creer
Adriana Marín Martín: Todo es posible, si puedes creer
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve Hebreos 11:1
Recuerdo que cuando era niña mi madre escuchaba una canción de la cual no conozco el nombre, pero que entre sus frases decía “todo es posible, si puedes creer”. Hoy comprendo que la letra hace referencia a la fe, esa creencia de la cual encontramos una cuidadosa descripción en la Biblia, exactamente en el capítulo 11 del libro de hebreos. Allí, el autor explica cómo fue que varios personajes de la historia cristiana lograron superar grandes pruebas divinas al actuar con fe.
Tal vez muchas personas, en su mayoría escépticas, hagan de lado el valor que la fe tiene en la vida de cualquier ser humano y es que no me refiero a lo religioso, se puede tener fe en uno mismo, en algo o en alguien más. “La certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”, es desde mi punto de vista una reflexión muy razonable y valiosa, creo que muchos pueden pensar que se trata de simples ilusiones teológicas, o tal vez pensamientos ingenuos basados en la magia; pero si nos detenemos a especular en los estudios que se han realizado acerca de la neuroplasticidad, en los cuales se establece que el cerebro tiene la capacidad de ser flexible y cambiar, no sería poco razonable creer que podemos dirigir nuestros pensamientos para influir de alguna manera en determinada circunstancia o situación que atraemos a nuestra vida. Entonces, decir que todo es posible si puedes creer dejaría de sonar tan espectacular.
Y es que al averiguar sobre este tema no me quería encapsular en la famosa ley de atracción o en la muy conocida obra de Rhonda Byrne “El Secreto”, que seguramente ha leído casi cualquier persona. Tampoco quería enfocar mi atención en el tema espiritual, mi intención era encontrar una explicación hecha por algún especialista que conozca cómo funcionan los pensamientos y de qué manera puede la ciencia respaldar que si se cree algo puede hacerse posible, y que la fe puede mover montañas, como dice la famosa frase. Fue así que me encontré el libro “El Principio”, escrito por la neurocientífica y psiquiatra Tara Swart.
Me he sentido satisfecha descubriendo que entre sus páginas Tara explica con evidencias científicas que los seres humanos somos capaces de entrenar nuestra mente a la aceptación y la adaptación, para que con ello lleguemos a la actuación. El principio es una invitación a dejar de tener el cerebro funcionando en automático, para pasar a la atención plena. Al hacerlo, dice la autora, las personas logran tomar conciencia de su propia conciencia. Asegura que nuestra manera de pensar determina nuestra vida y que podemos utilizar la flexibilidad inherente del cerebro para mejorar nuestra experiencia vital.