Libertad vital
Adriana Marín Martín: Libertad vital
La libertad es una de las ambiciones más frecuentes en las personas, algunos buscan libertad económica, otros personal, de opinión, de pensamiento, entre otras maneras que se supone representan la capacidad de actuar a voluntad y sin restricciones. Pero hay un tipo de libertad que no está muy solicitada y es por mucho necesaria, la vital.
En ocasiones huimos tanto de las cadenas externas, que no nos damos cuenta de que son nuestros propios miedos, inseguridades y algunas creencias los que nos esclavizan. Eso lo fui descubriendo mientras leí el libro “Las siete llaves”, de Alex Rovira y Fernando Trías de Res. Fue la frase que se encuentra en la portada, justo debajo del nombre del libro, la que atrapó de lleno mi atención y me llevó a embarcarme en esta lectura “conquista tu libertad vital”, así dice.
Poco a poco fui descubriendo que los autores recalcan en varias ocasiones que para alcanzar la libertad vital es necesario ir tirando algunos grilletes que nos esclavizan, aunque no nos hayamos dado cuenta. Van guiando al lector de una manera muy peculiar, ya que aseguran que para abrir esos candados es indispensable encontrar sus llaves. De allí el nombre del ejemplar.
“Reducir lo que te daña te hace crecer, la libertad vital muchas veces consiste en eso, en saber que decir NO a otro, representa un SÍ para ti. Yo soy una persona que me he dado mucho a los demás, por ello me ha costado mucho trabajo aprender a decir NO, sin sentirme culpable”, asegura Alex Rovira, uno de los autores del libro.
El pensamiento, el juicio, el logro, el disfrute, la entrega, la identidad y el ser, conforman las siete llaves que nos ofrecen la posibilidad de conquistar nuestra libertad vital. Aprender a utilizar cada una de estas herramientas nos permite vivir a favor de nuestros principios y anhelos.
Las cadenas que nos alejan de la libertad y plenitud están, en ocasiones, basadas en falsas creencias, en miedos y verdades que no lo son, esas se liberan con el pensamiento; el juicio es la llave que nos ayuda a defender nuestras necesidades naturales, las que han permanecido calladas viviendo en resignación.
El logro es la llave que nos rescata de los temores sin fundamento, esos que hemos heredado y que cargamos por costumbre, más que por convicción. Por otro lado, el disfrute es encargado de romper con el grillete de la culpa, esa que no nos permite ver las alegrías y nos hace sentir tristes cuando algo bueno llega.
La llave de la entrega es la que nos brinda la oportunidad de dar y entregarnos a quien realmente queremos como realmente queremos y de la manera que realmente queremos.
La identidad es la que rompe aquellas atribuciones que por algún motivo se nos impusieron en algún momento de la vida y que dañan nuestra autoestima haciendo tropezar en cada paso hacia la plenitud. Y finalmente la llave del ser, es la que nos libera de los mandatos que nos han impuesto y que hemos asumido como responsabilidad aunque no representen aquello que nos brinda felicidad.
Creo que el inicio de año es un momento ideal para conocer a fondo cada una de estas llaves, aprender a dominarlas y con ello reconocer y conquistar nuestra verdadera libertad vital.