Aprendizaje en casa
El poder de la pluma
¿Quién diría que los padres de familia se harían cargo de la enseñanza de sus hijos ante la contingencia ocasionada por el Covid-19? La historia de esta inusual aventura familiar comenzó cuando, el pasado 14 de marzo, el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, anunció la suspensión de clases por un período de dos semanas, pero, para suerte de los maestros, el gobernador del Estado, Mauricio Vila, les anticipó una semana más para que las clases fueran suspendidas a partir del 17 y se empataran con el período vacacional de primavera; sin embargo, los profesores no pusieron mucha atención al primer anuncio que incluyó un Consejo Técnico Escolar extraordinario para el día 23 pasado, que, ante el temor de un posible contagio de docentes, sería virtual, es decir, a través de diferentes plataformas de mensajería o videollamadas.
Ante el llamado de la SEP y el seguro rezago educativo que esta medida ocasionaría en más de medio millón de estudiantes de los diferentes niveles de educación básica, se trazó la estrategia de ayudar a los padres de familia con programas televisivos educativos, pero esto no funcionaría, ya que los padres, por mucho esfuerzo que hagan, no están preparados para enseñar, carecen de didáctica, desconocen la metodología y todo aquello que implica el proceso de aprendizaje; es por ello que los maestros se pusieron las pilas y trabajaron desde sus casas, como pudieron, descargando aplicaciones y mandando mensajes para elaborar un plan de trabajo que le harían llegar a los padres, conteniendo actividades y tareas para cubrir los contenidos del programa y evitar que los alumnos se retrasen y no completen satisfactoriamente su preparación académica.
Para cumplir con este reto, los maestros tomaron en cuenta las necesidades de sus alumnos, lo que se requiere fortalecer para que se alcancen los aprendizajes esperados del programa de estudios. Pero no todo sería fácil, ya que se debieron tomar en cuenta las condiciones existentes de la comunidad escolar con respecto a la disponibilidad de recursos, ya sea digitales o impresos, así como sobre las dinámicas familiares; si en la comunidad la mayoría de los estudiantes no tiene acceso a computadora e internet, entonces se recurriría a los libros de texto como base de las actividades. El reto se abordó con profesionalismo por los docentes yucatecos y se terminaron los planes de aprendizaje en casa que se diseñaron con actividades que los alumnos puedan realizar de manera autónoma o de forma colectiva con los integrantes de su familia, con actividades diversas que privilegien la lectura diaria, la conversación, el uso de operaciones básicas, el cálculo mental, la transmisión oral de anécdotas e historias familiares, juegos de mesa, recorridos virtuales a museos, entre otras.
De seguro los padres extrañarán mucho a los maestros, sobre todo si la emergencia se alarga más tiempo como se ve venir.