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En pleno rebrote de la pandemia por Covid-19, el ciclo escolar arrancó de manera presencial en muchos países de Europa, respaldados por la Organización Mundial de la Salud, al afirmar que, si bien el virus constituye una verdadera amenaza, los cierres de escuelas han perjudicado la salud mental y el desarrollo social de los niños, sobre todo los de familias de escasos recursos, los discapacitados o los que viven en un ambiente familiar abusivo. “No podemos permitir que los niños sean las víctimas ocultas de esta pandemia al negarles las oportunidades fundamentales que se merecen”, expresó públicamente la oficina de la OMS. La arriesgada medida fue adoptada igualmente por los Estados Unidos, cuyo presidente hoy se encuentra víctima del temible virus y no muestra preocupación por la salud de los niños y jóvenes de su país que, poco a poco, se van contagiando en números alarmantes.

En Francia, fue común ver a miles de niños tironear de sus mascarillas o corriendo a abrazar a los amigos, en un intento masivo que busca superar desigualdades y resucitar economías y a pesar de la persistente pandemia. La amenaza del virus acechaba a los niños mientras se despedían de sus padres y se dirigían a las aulas, después de un año sin ver a sus compañeros. Algunos padres, con el miedo en el rostro, justificaban el regreso presencial con: “Los chicos también tienen que vivir”, sin importar los miles de nuevas infecciones por día. El mensaje del gobierno es que la vida continúa a pesar del virus. Por su parte, en el Reino Unido, su secretario de Educación, Gavin Williamson, dijo a los padres que la escuela es el mejor lugar donde pueden estar. Nada se compara con estar en un aula con un docente. Si un padre se niega a enviar a sus hijos a la escuela, entonces recibirá una multa.

En las zonas rurales de Estados Unidos se ha controlado el repunte de casos, pero en las ciudades densamente pobladas como Nueva York, Los Ángeles y Miami, el rebrote se ha hecho presente. La magnitud de escolares afectados, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, fue de más de 270 mil casos de Covid-19 en niños de 5 a 17 años desde marzo pasado. Aunque las cifras de estudiantes infectados en septiembre pasado son menores que las registradas en el mes de julio, ven venir días más difíciles porque la asistencia hasta ahora ha sido mayormente voluntaria y las reaperturas se han concentrado en los suburbios y ciudades más pequeñas, lo que arroja datos engañosos, ya que el coronavirus está infectando cada vez más a los niños y adolescentes estadounidenses, en una tendencia que parece estar impulsada por la reapertura de escuelas y otras actividades. El número de adolescentes contagiados fue aproximadamente dos veces mayor que el de niños pequeños, eso nos recuerda que no son inmunes y tienen la misma posibilidad de transmitirlo a otras personas. Aquí en México hay temor e incertidumbre en el regreso a las clases presenciales, se avecina la temporada de frío y la influenza aparece en el escenario como un riesgo más para los estudiantes.

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