Impunidad privada
El poder de la pluma
Siempre se cuestiona la corrupción; cuando se detectan casos las autoridades de gobierno de todos los partidos influencian a sus fiscalías o poderes judiciales oficializando la impunidad, destruyendo la democracia, la justicia y la esencia de la política, es decir, el bien común.
Pero, ¿qué pasa con la sociedad civil? Asumimos que es impoluta. Organizaciones como partidos, sindicatos, cámaras empresariales, clubes y otros organismos sociales han vivido casos de secuestro por los grupos dominantes que han sesgado a sus integrantes para que no puedan proponer, debatir o crecer por los intereses y objetivos de las organizaciones mismas.
Ejemplo: un político se inscribió a un proceso electoral y en la votación no fue nombrado, un dirigente empresarial local se quiso inscribir a la candidatura de su cámara nacional y por requisitos discrecionales no lo dejaron, organizaciones profesionales no avisan cuándo son las elecciones o temas a debatir a fin de que puedan inscribir a los amigos o manipular posturas gremiales.
La democracia en muchas organizaciones civiles ha sido vulnerada por falta de transparencia, manipulación y violación de sus propios estatutos, también carecen de organismos arbitrales que hagan respetar sus reglamentos que garantizan los derechos de todos sus socios, si bien hay ley de cámaras, ley de sindicatos y de partidos.
Existen instituciones como la Secretaráa de Economía, y en el caso de los partidos el INE, que pueden intervenir en las organizaciones mediante denuncia de algún socio, pero muy limitadamente; cuando hay problemas se inician litigios judiciales.
La propuesta para perfeccionar la integridad de las organizaciones civiles podrían ser comités de cumplimiento mixtos, donde una vez al año se rindan informes de acatamiento de sus estatutos y procesos, sobre todo cuando reciben recursos públicos. Esta calificación o dictamen serviría perfectamente para saber qué organizaciones son realmente representativas de los gremios y las que cumplen los derechos de todos sus asociados.
Tener organizaciones civiles fuertes, dinámicas y representativas, así como libertad de prensa, son los principales contrapesos de los gobiernos, porque hacen crecer y evolucionar a la sociedad en todos sus frentes y problemáticas. Lo contrario es tener organizaciones con liderazgos simulados eternos que frenan y provocan parálisis, apatía y éxodo de sus propios integrantes. La autonomía es el pretexto en el cual se escudan los manipuladores. Fortalecer las organizaciones civiles es tan importante como las propuestas de los partidos políticos y la democracia misma.