En manos de monopolios
Durante muchos años, las aerolíneas han detentado un poder capaz de "mandar a volar" a los consumidores.
Una vez más el poder de los monopolios rompe los derechos del consumidor: comprar un boleto de avión ya no significa nada, la sobreventa de asientos es legal y esconde un negocio disfrazado que puede afectar gravemente la vida de las personas.
Todos vimos la prepotencia de United Airlines sacando a una persona por sobreventa en sus aviones y eso pone al escrutinio este fenómeno. Sí, las aerolíneas pueden revender vuelos. La justificación es que un vuelo puede tener un 20 por ciento de sobreventa porque no todos llegan; 40 minutos antes cierran el avión y los que llegaron a tiempo abordan y los que no, encabezan las listas de espera. La estadística dice que siempre faltan pasajeros, pero ¿qué pasa si todos llegan? Pues los últimos no abordan y esto a todas luces es injusto.
Imagínense esto: ahorraste mucho tiempo, llegaste temprano, hay sobreventa y se dan los siguientes escenarios: vas con tu familia y unos suben y otros no o tienes vuelos de conexión y los pierdes o tus reservaciones de hoteles igual las pierdes y te cobran multas o pierdes una cita de negocio o lo peor no llegas a una consulta médica.
Esta dramática realidad es originada porque desde 2008 muchísimas aerolíneas norteamericanas se fusionaron y detentan un poder muy importante en el mundo del turismo; es por eso que presidentes y gobernadores las tratan con delicadeza y tolerancia y les permiten aberraciones como bajar gente de un avión o sobrevender vuelos.
En México, en los últimos años, cerraron muchas aerolíneas por quiebra y otras por motivos dudosos. Han abierto empresas de vuelos baratos, pero los monopolios siguen dominando, por ejemplo Aeroméxico ya cobra hasta por la primera maleta y si acumulas puntos y los quieres cambiar te vas en las fechas basurita o sea cuando estadísticamente no les afecta y en ocasiones te dan boletos sin asiento y llegas creyendo que tienes vuelo y, ¡sorpresa!, estás en lista de espera.
No crean que todo el mundo es igual, casi todos los países asiáticos y otros con alta sensibilidad a los derechos del consumidor y conscientes de los problemas irreversibles que pueden ocasionar, no lo permiten. La sobreventa de boletos de avión debe estar prohibida, como cualquier otra, desde espectáculos deportivos hasta citas médicas; esta práctica afecta profundamente la certeza de las personas.