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Cómo han cambiado los tiempos, las cosas, todo, en especial en este último año marcado por la pandemia, el aislamiento y nuevas formas de comunicación que se han hecho fundamentales para poder hacer este periodo un poco más amable. Sin embargo, si no se toman las debidas precauciones podría ocasionar un daño irreversible a la convivencia, en especial para las nuevas generaciones, que ante la falta de libertad para salir e interactuar con otras personas, buscan en los dispositivos digitales como computadoras, tabletas, celulares y demás la forma de aprovechar el tiempo libre, lo que representa para los padres una forma en que sus hijos puedan estar tranquilos y sin hacer travesuras.

Pero, especialistas en psicología han mencionado en repetidas ocasiones el problema que llegan a ocasionar estos dispositivos en los niños y personas jóvenes, más ahora que, con las medidas para hacerle frente a la contingencia sanitaria, su uso ha aumentado, haciendo que el problema sea mayor, causando en este sector de la población una dependencia que se puede asemejar a la que ocasionan las drogas.

En algunas ocasiones he podido ver casos que reflejan tristemente lo antes mencionado, ya sea porque los padres buscan darle lo mejor a sus hijos, como un premio, o simple y sencillamente para que estén tranquilos y/o entretenidos. Sin embargo, me consta que hay algunos pequeños en quienes los juegos o redes sociales, lejos de causarles un estado de satisfacción o emoción, les generan estrés, ansiedad, molestia y depresión, debido a que a muy corta edad comienzan a manejar los dispositivos digitales sin la vigilancia o supervisión de algún adulto, lo que puede desencadenar en una serie de problemas a largo plazo.

No estoy en contra de los dispositivos, al contrario, considero que sirven para facilitar la vida, hacerla más entretenida y, como todo, cuando empiece a causarte algún disgusto o molestia, es momento de decirles adiós, hay que tener equilibrio, disponer de un tiempo determinado para su uso, pero también disponer de un espacio para la convivencia, acrecentar los vínculos sociales, ya que conforme crecen serán cada vez más necesarias estas habilidades de interrelación, ya sea para cuando puedan regresar a las clases presenciales o más adelante, cuando tengan que buscar un trabajo; de verdad, fortalecer la comunicación entre las personas es sumamente importante en un mundo donde vemos cada vez más “zombíes” en las calles, en la mesa y en todos los sitios donde llegue el internet.

Por eso creo que, aunque cueste trabajo, es importante darle un lugar más relevante a la convivencia familiar, destinar un tiempo a las actividades físicas (aunque sea en casa), aprovechar los momentos para leer, ver series, escuchar música, dibujar, desarrollar esas habilidades y aptitudes que nos hacen únicos como seres humanos y no ser uno más del montón que sólo está sumergido en un mundo virtual, desconectado de la realidad. Así que hagamos que los que vienen disfruten de la vida como nosotros.

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