|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

¿Hace cuánto que no te vas a dormir sin checar primero tu teléfono?, ¿hace cuánto que no checas tu pantalla para ver si tienes notificaciones?, ¿hace cuánto que no pasas unas horas lejos de tu teléfono sin importarte quién pueda querer comunicarse contigo? Ahora que terminaron las vacaciones y que volvemos a la casa y a la rutina, sería importante hacer una desintoxicación, no solo del cuerpo y la mente, sino también una desintoxicación digital; enseñarnos a nosotros mismos que somos capaces de sobrevivir sin subir una foto al Instagram o sin checar cuantos likes tiene la última foto que subimos al Facebook.

Es casi imposible pensar en un espacio de tiempo prolongado para la desintoxicación digital. En seguida pensamos, ¿qué pasaría si hubiera una emergencia?, ¿qué tal que me pierdo de alguna noticia importante? Pero si hacemos un recuento de las cosas que vemos en nuestro celular, la mayoría de ellas podría ser aplazada o incluso ignorada sin que tuviéramos ningún problema. La adicción a internet y la ansiedad digital se han ido apoderando de nosotros de tal manera que no lo vemos como una adicción o necesidad, pero es casi imposible que pasen mas de 15 minutos sin que chequemos nuestras pantallas.

En la nueva actualización de mi teléfono me marca cuánto tiempo estuve pendiente de la pantalla en la semana, y la verdad es que cuando aparecen las estadísticas me impacto de ver la cantidad de tiempo que pasé pegada a mi pantalla y pocas veces puedo recordar algo de impacto o verdaderamente importante que haya visto durante este tiempo.

En Estados Unidos ya se creó una organización llamada Digital Detox cuyo lema es “desconectar para reconectar”. Su fundador tomó una medida muy radical como renunciar a su empleo que se basaba en el uso de computadoras, cambió ésta por una mochila y se fue con su novia a viajar por el mundo, y por dos años y medio se ha dedicado a organizar retiros y meditaciones para ayudar a la gente a desconectarse de su mundo digital.

No todos tenemos esa suerte, ni contamos con la posibilidad de dejar de trabajar, dejarlo todo y dedicarnos a la reconexión, pero sí todos podemos dedicar espacios en nuestro día que estén libres de tecnología, espacios sin conexión, que nos permitan ver que hay vida más allá del Wi-Fi.

Buscando un equilibrio con el uso de la tecnología, ya que ésta es una herramienta muy poderosa que simplifica nuestra vida y nuestro trabajo, hay organizaciones que sugieren como lo mas óptimo descansos de tres días sin conectarse a las redes, como base para comenzar a desintoxicar nuestra mente de esta necesidad. Tal vez un fin de semana en el que el ambiente esté controlado y tengamos actividades que realizar, recordando a nuestras personas más cercanas que si necesitan contactarnos pueden marcar a la línea de casa que todavía funciona, a pesar de que ya casi nadie la usa.

Al principio la gente queda paralizada y no sabe muy bien qué hacer sin su teléfono, o computadora, pero conforme pasan las horas y vamos recordando la existencia de los juegos de mesa, de los libros, de la organización de nuestro entorno, de paseos por el campo o aunque sea momentos en el jardín más cercano pero con total conexión con nuestro ahora, disfrutando de nuestra respiración y logrando que nuestro cerebro recuerde lo que era el tiempo libre, la mayoría de las personas que se enfrentan a estos momentos los describen como una bocanada de aire fresco.

Pero para la mayoría de la gente podría bastar con un día o al menos unas tres horas al día en las que ya no consultemos nuestras pantallas ni hagamos caso a las notificaciones. Tal vez las tres horas antes de dormir, lo que permitiría que nuestro cerebro logre un descanso profundo durante la noche y poder conciliar el sueño más rápido.

Esto también nos ayudaría a nosotros y a los que nos rodean a entender que no estamos todo el tiempo pegados a nuestro celular y que si no contestamos un mensaje a los cinco minutos de que nos lo enviaron no es que tengamos un problema, sino que nuestra concentración está en lo que estamos haciendo y que contestaremos en el tiempo que hemos designado para ello. Siempre hay espacio para llamadas si hay algo urgente.

Pasamos mucho tiempo estresados por el exceso de información, y por el estrés de reaccionar a todo los que es puesto en las redes, pero poco a poco podemos retomar el control de nuestra vida y utilizar las maravillosas herramientas que la tecnología nos proporciona sin que éstas nos usen a nosotros.

Lo más leído

skeleton





skeleton