La naturaleza de la piedra es una, lo que uno hace con ella hace la diferencia. Hay personas que encuentran una piedra y tropiezan con ella, otros construyen una casa, otro la lanza al río y Miguel Ángel hacía una hermosa escultura. Así es en la vida, hay experiencias muy dolorosas que nos marcan, situaciones que nadie quisiera tener que enfrentar. Lo que hace la diferencia y consigue pasar a la historia es lo que las personas deciden hacer con su dolor.

Hace dos años, la compañía Boeing tuvo dos accidentes en su modelo Supermax 737. En el segundo accidente se pudieron corroborar muchas similitudes entre ambos, por lo que la empresa Boeing resultó responsable de ellos y ha tenido que enfrentar muchas demandas. En estos accidentes murieron 346 personas y las familias han tenido que lidiar con esta dolorosa experiencia.

El fabricante de las aeronaves decidió crear un fondo para hacer frente a esta situación: Boeing Communities Investment Found. En el segundo vuelo que se accidentó viajaba una yucateca, Graziella de Luis Ponce, a quien cariñosamente llamaban “Gachi”, ella volaba a Nairobi, Kenya, para trabajar como intérprete en la Asamblea del Medio Ambiente de la ONU. Por su trabajo viajaba mucho y la consideraban una ciudadana del mundo, quien la conoció la describe como llena de vida.

Entre sus planes se encontraba comprar una casa en Mérida para tenerla como base, y entre otros proyectos pensaba comenzar a trabajar como voluntaria en el Albergue Temporal San Vicente.

Los familiares tomaron una resolución: que la asignación correspondiente del fondo de “Gachi” fuera donada en su totalidad a la Institución Asistencial A.C., Patronato que es responsable de la manutención de dos albergues en la ciudad de Mérida: el San Vicente de Paul y el Buena Voluntad. Ambos se dedican a dar asistencia y apoyo a enfermos y familiares que vienen del interior del Estado, incluso en ocasiones de otras entidades y hasta de otros países, a recibir atención médica en los hospitales del sector salud y que enfrentan la soledad de vivir el tratamiento médico lejos de casa, sin un lugar en dónde dormir ni ayuda con las comidas.

Los familiares de “Gachi” fueron incluso más allá, al convencer a otras familias de personas accidentadas a que se unieran a esta causa que tanto ayuda a quienes más lo necesitan, y darle con esto un sentido de ayuda al prójimo al dolor que estaban enfrentando de haber perdido a un ser querido de manera sorpresiva.

Hoy, cumpliendo con esta responsabilidad adquirida, la compañía Boeing, a través de su fondo e impulsado por estas generosas familias lideradas por la de Graziella, han realizado un importante donativo a Institución Asistencial, que le permitirá cumplir con muchas necesidades que habían sido postergadas debido a la falta de fondos.

Los albergues tendrán ahora una remodelación que garantice el poder ofrecer un servicio digno a los enfermos y sus familiares; contarán con paneles solares, lo que disminuirá importantemente los gastos mensuales y además se podrá establecer un fondo que garantice ingresos a los albergues por un tiempo, asegurándoles tres comidas diarias balanceadas, y además un lugar en el que puedan recuperar la salud y volver a tener esperanza.

Todo esto en una época que ha sido complicada debido a la pandemia de coronavirus y que ha puesto a todo el sector salud en una situación muy difícil.

Estas personas tuvieron que enfrentar una gran pérdida, un gran dolor al tener que vivir sin su ser querido. Pero lo que decidieron hacer con su dolor y en memoria de los que murieron en este accidente es lo que marca la diferencia en la manera en que serán recordados y en la forma en que cientos de personas que necesitan de nuestros albergues podrán recibir atención y ayuda.

Muchas gracias, Isabel y Javier, por enfrentar su dolor y convertirlo en ayuda y apoyo para los enfermos y sus familiares.

Si quieres conocer estos albergues o participar en este apostolado que ayuda a quienes más lo necesitan comunícate al 9999231226.