Antiaging (antienvejecimiento) contra Proaging (proenvejecimiento)
Aurora Álvarez de Vega: Antiaging (antienvejecimiento) contra Proaging (proenvejecimiento)
Se ha puesto de moda el termino antiaging o anti envejecimiento. Tratamos a la vejez como si fuera un castigo, o peor aún, un pecado. Hay cientos de medicamentos y procedimientos tratando de retrasar los efectos de la edad.
Una cosa es procurar envejecer digna y sanamente, y otra es entrar en una carrera contra la naturaleza pretendiendo no envejecer y llegando a extremos absurdos con tal de evitar la aparición de arrugas o de cualquier otra característica de la vejez.
En otras culturas, la madurez y las personas mayores son vistas como fuente de conocimiento, de experiencia y de sabiduría; pero en nuestra cultura está creciendo el sentimiento de rechazo hacia un destino al que en realidad todos deberíamos aspirar.
No debemos llegar al extremo de pretender no tener ninguna arruga, en el rostro o en el cuerpo, el objetivo no debe ser borrar del todo el paso del tiempo, sería mucho mejor que el objetivo de la mercadotecnia y de nosotros mismos sea conseguir una piel más bella, más sana dentro de los parámetros de la naturaleza y la edad real que tenemos.
Por eso que me gusta más el término proaging que el antiaging. A lo largo de la historia, desde el tiempo de los faraones egipcios se usaban jabones, no sólo para limpiar el cuerpo, sino también para el cuidado de la piel. En un principio estos productos se centraban en mejorar la calidad de vida, pero poco a poco han perdido su esencia hasta nuestro momento actual, que no importa el costo que tenga contra nuestra salud, la gente se hace miles de tratamientos sin saber qué sustancias les inyectan, qué pastilla se toma o cuál será el efecto secundario del tratamiento que borra las arrugas y deja muchas veces un rostro sin expresión.
Los factores que influyen en el envejecimiento, no sólo de la piel sino de todo nuestro cuerpo, son primero el cronológico, el paso del tiempo, luego el biológico, nuestras hormonas y genes, y por último las causas externas que son la exposición al Sol o el clima seco.
En realidad, la lucha no es contra la edad, sino contra la apariencia de la edad. Porque es imposible detener el paso del tiempo, y ciertamente no es deseable. El termino proaging es más adecuado porque nos lleva a estar a favor del paso del tiempo, convertirlo en nuestro aliado. Lo que debemos de buscar es un envejecimiento productivo, sí, tratando nuestra piel para que siempre esté sana y humectada, pero aceptando las diferencias de nuestro aspecto y de nuestra fuerza física conforme pasan los años.
No me gusta hablar de detener el paso del tiempo, al contrario, ojalá y todos pudiéramos envejecer y pasar más años rodeados de nuestros seres queridos. Lo que debemos buscar es envejecer de la mejor forma posible, cuidando nuestra alimentación, haciendo ejercicio todos los días, aprendiendo cosas nuevas y llenando nuestra vida de sentido con cada día que vivimos. Comenzar a vivir más lento, gozando cada minuto que pasa, sintiendo agradecimiento por la oportunidad de seguir vivos y cuidando siempre el templo que es nuestro cuerpo. Dejar de sufrir por vivir más años y comenzar a disfrutar el aquí y el ahora, enriqueciendo nuestras relaciones personales.
No dejemos que dicte el ritmo de nuestros tratamientos una industria que sólo le importa convencernos de consumir productos anti-edad. Esa es una loca carrera que sólo podremos ganar con la muerte, que es en realidad la única que detiene el envejecimiento.
Vivamos día a día construyendo una vejez tranquila, feliz y más sana, disfrutando el momento y siempre cuidando, no sólo nuestra piel, que es la parte exterior y lo que todos ven de nosotros; hay que cuidar el cuerpo y el alma también, buscando de esta forma llegar a la vejez con salud y tranquilidad.