Cuatro malas y una buena
De todas las noticias negativas de esta semana, hay una: las lunas de Jupiter y Saturno podrían ser habitables.
Para reflexionar en Viernes Santo:
Bomba. Este jueves, Estados Unidos lanzó sobre “una base terrorista” en Afganistán la que es llamada “la madre de todas las bombas”, que carga 11 toneladas de explosivos y tiene un radio de acción de mil 600 metros desde la zona de impacto (es decir su capacidad de causar muerte abarca más de kilómetro y medio). Es el arma explosiva no nuclear más potente del mundo y su nombre técnico es GBU-43, también conocida como “Massive Ordnance Air Blast” (MOAB) o Explosivo Aéreo de Artillería Masiva.
Tras el lanzamiento, el presidente Donald Trump ha dicho que EU hizo “un gran trabajo” para destruir túneles y escondrijos del Estado Islámico en Afganistán y advirtió que va a “machacar a bombas” a quienes desde occidente se les considera los más desalmados terroristas. Pero, bendito Dios, “se cuidó de minimizar los daños a la población civil”.
Otra bomba. En la conmemoración del 105 aniversario de la fundación de la dinastía que inició en Norcorea Kim Il-sung, su nieto Kim Jong-un anuncia una nueva prueba nuclear y el premier japonés, Shinzo Abe, advierte que el rollizo mandamás no se tentaría el corazón para lanzar a Japón un proyectil de gas sarín.
Bombas de Donald. El presidente Trump reveló que mientras comía pastel de chocolate en su palacio de Mar-a-Lago, en Florida, con su colega chino Xi Jinping, ordenó el bombardeo a bases militares de Siria desde donde, según dice EU, se habrían lanzado proyectiles de gas sarín contra la población de Khan Sheikhoum. “Se trata del más bonito trozo de pastel de chocolate que hayas visto jamás”, afirmó a una obsequiosa reportera de la cadena Fox Business.
Muerta. Sheila Abdus-Salaam, la primera jueza musulmana de Estados Unidos, fue hallada muerta flotando en el Río Hudson, en Nueva York. La policía cree que la juzgadora se suicidó porque padecía depresión. Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, dijo que Sheila fue una “jurista pionera”.
Menos mal. La buena: las lunas de Saturno y Júpiter podrían ser habitables, según revelan estudios de la NASA. En Encelado, una luna de Saturno, hay hidrógeno, señal de “actividad hidrotermal”. Una opción para vivir si la tierra queda inhabitable.