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El mito de esta ave ha permanecido en la memoria de muchos pueblos, ya que los mercaderes árabes y chinos que comerciaban en las ciudades ubicadas en la Ruta de la Seda y los puertos del Océano Índico conocían el relato de este temible pájaro, según el investigador Joel Levy.

El autor agrega que para dar una idea aproximada del tamaño de este pájaro, como lo hacen todos los expertos en el tema, mencionan que Rokh era tan grande que podía tomar con sus garras a un elefante como presa. Después se elevaba hasta los cielos y lo dejaba caer para alimentarse de su cuerpo destrozado. Por lo menos así lo describió Marco Polo a principios del siglo XIV; también consignó en su obra que Kublai Kan, primer emperador chino de la dinastía Yuan, recibió como obsequio una pluma de la mítica ave y que ésta tenía una longitud aproximada de doce pasos (siete metros).

Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, especialistas en simbolismo mundial, señalan que este mito fue incorporado en la literatura europea desde la Edad Media debido a que, en sus numerosas incursiones, los cruzados trajeron de Oriente muchos relatos que describen a este extraordinario pájaro con abundancia de detalles. Ellos también citan a Marco Polo y dicen que el célebre viajero contó que, en su obra Los Viajes, los habitantes de la isla de Madagascar le había descrito al Rokh como un pájaro cuyas alas abiertas median treinta pasos y sus plumas mayores eran de doce pasos de largo.

Chevalier y Gheerbrant citan una leyenda kurda que trata sobre el príncipe Ibrahim y la princesa Nushafarin, en la describren al Ave Rokh como un pájaro blanco de 18 metros de largo, originario del Mar Mediterráneo. Finalmente estos simbolistas citan a otro autor árabe, quien en su compendio faunístico nombra al ave entre los animales del mar de China.

El mito del Ave Rokh ha llegado hasta la actualidad a través de la literatura del mundo árabe, pues aparece en la colección de cuentos Las Mil y Una Noches, escrito en el siglo XIV. El protagonista de esta obra es Simbad, quien en su segundo viaje observó que en la isla de Madagascar, el Ave Rokh se alimentaba de elefantes, serpientes del tamaño de palmeras y rinocerontes. En su quinto viaje, Simbad rompió un huevo del Rokh y éste, en venganza, destruyó el barco del héroe. Sin embargo, Simbad logró huir de la isla atándose a una pata de la gigantesca ave.

Es interesante constatar, de acuerdo con las fuentes disponibles, la gran extensión geográfica del mito, pues abarca Europa, Asia y parte de África y que en sus distintas versiones no se menciona el origen ni la muerte de Rokh, lo que permite inferir que el ave pertenece a la clase de seres míticos increados y eternos.

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