La Gruta de Calcehtok (y III)

Carlos Evia Cervantes: La Gruta de Calcehtok (y III)

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En la cueva de Calcehtok, un hermano traicionó al otro al clavarle un pedernal embrujado y lo transformó en venado. El mal hermano cargó el venado muerto y ya se disponía a salir de la caverna, cuando su carnal, convertido en animal, le dijo que a pesar de lo que había hecho, lo perdonaba, pues ambos habían obrado cegados por el amor hacia esa mujer que los enemistó.

Desde ese mismo instante, el joven comenzó a sentir remordimiento por lo que había hecho. Pero, aparentemente, ya no había remedio. Salió de la caverna con el venado muerto a cuestas y se encaminó hacia la casa de la muchacha, pero desanimado, sin sentirse tan atraído como antes.

Al salir de la cueva encontró al otro hombre que le había estado cuidando las espaldas y lo invitó a acompañarlo. Llegaron a la casa de la mujer y le entregó el venado. Ella le dijo que todavía tenía que hacerle algunas pruebas más antes de darle su amor. Pero el joven se alejó disgustado y muy arrepentido de lo que hacía. Su indignación y su asombro fueron mayores cuando, al reencontrarse con el amigo que lo esperaba fuera, éste le dijo que la mujer por la que había sacrificado a su hermano es la misma que lo había hechizado. Era una bruja.

El muchacho y su aliado se pusieron de acuerdo para tomar venganza hacia ella. Consultaron al jmen del pueblo y éste les dijo que para arreglar las cosas tenía que seguir ciertas instrucciones. El hermano arrepentido llevó a pasear a la hechicera al Satunsat, un edificio laberíntico maya cercano a Calcehtok, y estando en lo más profundo de su interior la tocó en el hombro con una piedra blanca que le dio el jmen. Ella se desvaneció y la abandonó allí. Al salir tocó el muro exterior de la cámara con la misma piedra y el edificio se cerró sobre sí mismo y para siempre, convirtiéndose en el sepulcro de aquella joven. El jmen devolvió la forma humana al hermano que había sido transformado en ciervo y los carnales se reconciliaron para siempre.

Rosado Vega relaciona este mito con el significado de la palabra Calcehtok: Cal, que se traduce por cuello o garganta; Ceh, por venado; y Tok por pedernal. Con el auxilio del relato narrado, la interpretación general resume el significado como aquel que fue herido en la garganta con una punta de flecha o pedernal y convertido en venado.

Para finalizar, el insigne escritor agrega que la gente de Calcehtok cuenta que, en ciertas noches, se oyen unos tristes lamentos provenientes del interior del Satunsat y se cree que son los de aquella mala mujer que se quedó encerrada para siempre en uno de sus túneles como justo castigo a sus malignas acciones

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