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En muchos municipios de Yucatán se puede encontrar a hombres y mujeres que son guías de cuevas y cenotes. Sin embargo, hay un caso especial en el pueblo de Calcehtok en donde el oficio vinculado a las cavernas ha trascendido en una misma familia por más de un siglo.

En la década de los años 80, don Rogelio Cuy Vergara contó el origen de esta tradición familiar que consiste en explorar la gruta y guiar a los visitantes. En su relato dijo que esta actividad se inició con el señor Dimas Kuk y Pedro Garrido a mediados del siglo XIX. Agregó que en 1850 estos campesinos buscaban un terreno para hacer sus milpas en el cerro, cerca del lugar donde ellos vivían y descubrieron la entrada a la caverna que más tarde sería conocida como Xpukil. Mucha gente fue a ver la enorme gruta, pero sólo don Dimas se interesó en conocerla mejor.

Al pasar el tiempo, Dimas enseñó a su nieto Alejandro Cuy todo lo que sabía y éste se hizo cargo de la cueva durante más de 50 años. Don Rogelio, hijo de Alejandro, inició su aprendizaje cuando tenía apenas 14 años. Además de convertirse en un verdadero guardián de la gruta, escribió una breve historia del pueblo la cual fue publicada por un rotativo local. En este artículo narró los acontecimientos que dieron lugar a la fundación del pueblo y el hallazgo de la cavidad principal de la región.

Rogelio se ocupó durante más de cinco décadas de la Cueva Xpukil, ubicada en lo alto de la Sierra del Puuc, a tan sólo tres kilómetros del pueblo de Calcehtok, en el municipio de Opichén. En el transcurso de ese lapso Cuy Vergara tuvo la oportunidad de colaborar con muchos exploradores. Por ejemplo, en 1987 ayudó en las investigaciones de la Misión Española de la Universidad Complutense de Madrid, especialmente con el arqueólogo Juan Luis Bonor, quien en su obra lo menciona y le agradece lo mucho que lo ayudó en sus labores. En los mismos términos se expresó el célebre periodista Luis Ramírez Aznar cuando publicó el reportaje acerca de su visita a la caverna Xpukil.

El 2 de febrero del 2007 falleció don Rogelio Cuy Vergara a la edad de 78 años, pero el oficio de sus ancestros fue retomado por su hijo Rogelio, quien lleva 38 años como guía, y por sus nietos Jacinto, Eleandro y Abraham Cuy Vega que también practican esta actividad. A este grupo se les ha unido otro buen guía, el señor Gilberto Pech Chan y su nieto Abelardo Colonia Pech. Como puede verse, esta excepcional familia se ha entregado plenamente a esta tarea y esto permite que muchas otras personas puedan conocer las maravillas del mundo subterráneo. Calcehtok ha de estar orgulloso porque la dinastía Cuy continúa.

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