Luis Ramírez Aznar y la espeleología peninsular
Carlos Evia Cervantes: Luis Ramírez Aznar y la espeleología peninsular.
Luis Ramírez Aznar fue un gran periodista y, sin duda, uno de los pioneros de la espeleología en la península yucateca, pues en el lapso de 1960 a 1990 visitó las principales grutas de esta región con el mérito de haber dejado un valioso legado a través de sus publicaciones en la prensa local. A continuación una muestra de sus trabajos.
En 1965 visitó la gruta Waaybil Aktun en Yotholin, municipio de Ticul, que se caracteriza por tener las formaciones más impresionantes de todo Yucatán debido a su cristalina belleza. El reporte correspondiente lo divulgó en 1986.
En un magnífico artículo publicado en 1985 don Luis describió la famosa gruta de Xtacumbilxunaan, en el estado de Campeche. Presentó los datos geomorfológicos e históricos de la cavidad y señaló cómo el agua interior fue aprovechada por los habitantes de Bolonchén, el poblado más cercano.
En 1986, a través de un amplio artículo, narró cómo fue que un grupo de campesinos ocuparon la región cercana a la cueva Xpukil y cómo se fundó el pueblo de Calcehtok. Ramírez cita la llegada del célebre investigador Henry Mercer en los últimos años del siglo XIX, hizo la descripción de la cavidad y mencionó los hallazgos arqueológicos que allí tuvieron lugar.
En el año 1990 presentó, en un solo artículo, un conjunto de cavernas yucatecas en el que destaca Sabak Já, una gran gruta en el municipio de Tekax con grandes atributos geológicos y que hasta ahora no se le dado la promoción que merece. También reportó la visita a la gruta Kuruch Tun, en el municipio de Yaxcabá, donde encontró elementos de arte rupestre y huellas de mucho saqueo.
El año 1991 Ramírez Aznar dedicó sus esfuerzos a la cueva Tzab Nah, del municipio de Tecoh, pues publicó dos artículos al respecto. En el primero cita la valiosa labor topográfica del Espeleogrupo Yucatán, describe los espacios interiores y menciona algunos elementos de la fauna local. En el segundo artículo del mismo año, don Luis aporta los detalles históricos y de tradición oral que conciernen a esta caverna que hasta hoy sigue funcionando como un atractivo turístico.
En 1990 don Luis publicó el interesante libro “El saqueo del Cenote Sagrado de Chichén Itzá”, cuyo título ilustra el tema y en el 2015 se reeditó bajo la revisión de su hijo Luis Ramírez Carrillo, ambos logrados con el máximo rigor histórico.
En el año 1995 Ramírez Aznar hizo un nuevo recuento del descubrimiento ocurrido en el cenote X’lakah, de Dzibilchaltún, pero con nuevos datos que completaron a este hecho histórico.
La aportación de Luis Ramírez Aznar a la espeleología regional es invaluable y es justo destacar que, gracias a sus amplios conocimientos de muchos temas, fue una persona de plática amena y de una actitud humilde, tal como son los hombres verdaderamente grandes.