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La convención anual FCCA Cruise Conference and Trade Show, el máximo evento mundial de cruceros, realizada en esta ocasión en San Juan, Puerto Rico, es un botón de muestra de hacia dónde se encamina la política nacional en el sector de los viajes.

Esta vez, debido a la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México y el menor presupuesto asignado a ese rubro, Yucatán y Quintana Roo participaron en un solo módulo con Cozumel (SSA México) , Los Cabos, Mazatlán y Progreso, en el denominado “Pabellón de Puertos de México”.

Ese es un ejemplo de cómo aprovechar nuevas condiciones, pues, los puertos de la península se presentan más integrados y apoyándose como destinos uno a otro, en vez de competir como extraños.

Yucatán contará con la llegada de 50 nuevos cruceros a Progreso, lo que consolida su posición internacional en este sector, sobre todo los del segmento de lujo. Ello enseña que hay varias formas de ver las cosas frente a las circunstancias de la industria sin chimeneas. Si Yucatán y Quintana Roo como estados alistan nuevas inversiones, y empresas como Xcaret, Grand Island Cancún y Gran Coyote, en Playa del Carmen, se avientan al ruedo para crecer, quiere decir que, independientemente de los nuevos enfoques federales, puede seguir pujante el sector. Ver oportunidades, en vez de dificultades.

Lo digo por la opinión del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) en el sentido de que el cambio de política sectorial federal terminó con la bonanza del sector y a partir del próximo año las inversiones se reducirán en 50 por ciento.

El CNET refiere que mientras en los últimos ocho años, las inversiones anuales eran de alrededor de 10 mil millones de dólares, para 2020 la inversión del sector privado en turismo será de 5 mil millones de dólares. Y asegura que se está viviendo un “descalabro” que se refleja en la disminución del volumen de turistas, baja en el gasto medio, en la caída del PIB turístico, en la conectividad aérea y en las utilidades de las empresas.

“Los factores externos existen como todos los años, pero si éstos vienen acompañados de una política turística no enfocada al nuevo entorno, claramente traen un descalabro”, aseguró.

Cámaras empresariales expresaron su preocupación porque en la ley de derechos se propone un incremento de 53% en pago de Derechos por no Residente (855 pesos) y de 388% en Derechos por Servicios Migratorios (llega a 380 pesos).

Esto último sí puede tener un impacto en la competitividad de México, pero tampoco se puede esperar por ello un efecto negativo tan determinante, sobre todo si la IP se ha vuelto experta en el “estira y encoge” para ofrecer atractivas tarifas finales.

Los turisteros se van más por el posicionamiento de marca, la diferenciación de productos, las alianzas, y las estrategias digitales, que por dejarse afectar por los cambios sectoriales oficiales. Y en ese sentido actuó Yucatán en Puerto Rico.

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