La última milla de la pobreza
El Poder de la pluma
La última milla siempre es el paso final entre una empresa y el consumidor, se refiere a cómo llega un producto a la vista del comprador; ejemplo, si produces mangos o talco debes saber a quién se los vas a vender: a un mayorista, a un supermercado o a tiendas especializadas.
Este es el embudo principal de los productores del campo, las pymes urbanas comerciales tienen problemas de financiamiento y las industriales padecen de sobrerregulación y concentración de clientes mayoristas que les exigen precios más bajos y crédito exagerado. Todos padecen problemas fiscales como el pago de impuestos antes de cobrar y la complicada contabilidad electrónica.
El gobernador Vila, cuando era alcalde, dio un ejemplo magnífico en puntos económicos como el desarrollo de programas para emprendedores, infraestructura para empresas y promoción de la industria turística, eficiencia en gasto y transparencia en finanzas públicas; sus áreas de acción hoy son otras y su diagnóstico es correcto: “La economía de Yucatán es próspera porque Mérida es próspera, si quitas ventas, producción y empleo de Mérida, la mayoría de la geografía estatal es pobre”.
Señala los problemas de pequeños productores de zapatos y guayaberas del interior del Estado, las pymes de Yucatán concentran el bajo ingreso urbano y la pobreza rural. Su diagnóstico y objetivo son acertados.
Yucatán tiene una particularidad; los contrastes que nadie debate son:
1) Cómo puede ser que un estado con menor índice de desempleo tenga el salario promedio más bajo.
2) Cómo puede ser que tenga un número de empresas altísimo y una tasa de informalidad de las más grandes del país.
3) Cómo puede ser que tenga un presupuesto público más alto que Querétaro, que comparte una población similar, y una infraestructura de hospitales y escuelas menor que ese estado.
4) Cómo es posible que el gobierno otorgue estímulos económicos, como motores marinos a pescadores o insumos agropecuarios sin registro fiscal y luego quiera fiscalizar a sus clientes; eso es financiar la economía informal.
Hay soluciones a estos planteamientos: compras de gobierno a empresas locales, estímulos fiscales en zonas de pobreza, financiamiento a empresas que compren productos rurales, ayuda fiscal y desarrollo comercial a pymes que se han aplicado en otros estados y que jamás han sido objeto de reflexión en Yucatán. Solucionando la última milla de las pymes se resolverá la desigualdad.