Vienen mejores días para todos
El poder de la pluma
Las primeras acciones tomadas por el nuevo presidente de los Estados Unidos Joe Biden, inmediatamente después de su juramento y de asumir la presidencia, alivian al mundo y en especial a nuestros país, después de la incertidumbre que causó su antecesor Donald Trump, en particular a nuestro México con la construcción del muro fronterizo, que se convirtió durante cuatro años en el azote favorito de Trump contra nuestro país. Cancelar esta obra absurda y contra natura es un alivio para ambas partes y le da un nuevo impulso a las relaciones bilaterales.
Otra de las medidas que firmó el nuevo presidente Biden es la protección inmediata a más de 600 mil jóvenes mexicanos que por diferentes razones viven y estudian en la Unión Americana y a los que se les denomina soñadores, a quienes se les amenazó durante la administración anterior con regresarlos a México y privarlos de la oportunidad de obtener su ciudadanía.
Un asunto migratorio pendiente -diríamos histórico- durante años es la iniciativa enviada a los legisladores para modificar las leyes de migración que permitan la regularización de más de 10 millones de mexicanos que viven y trabajan en Estados Unidos de manera clandestina y amenazados con ser deportados a nuestro país y sin posibilidad de regreso. Viven a salto de mata y en condiciones muy limitadas al no gozar de ningún tipo de ayuda a la que tienen derecho los ciudadanos norteamericanos, a pesar de lo importante que es contar con ellos para las actividades productivas.
El retorno de Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud y poner en primer plano la atención de la pandemia que nos azota y que ha causado pérdidas humanas en ese país de manera dramática es de gran aliento ante la falta de atención que la administración anterior daba a este grave problema de salud pública.
También es un acierto reintegrarse al Acuerdo de París, donde los países industrializados toman acuerdos fundamentales para detener el calentamiento global limitando o prohibiendo las actividades que afectan el medio ambiente y procurar la recuperación de los daños que causa nuestra acción destructiva por las emisiones contaminantes y uso de productos venenosos para nuestra naturaleza.
Sin duda la nueva administración es una bocanada de oxígeno para el mundo entero y llena de esperanza a la comunidad mundial. La toma de protesta de Biden ilumina la ruta y fue recibida con gran esperanza. No faltó el espectáculo artístico que posteriormente le dio un marco de alegría a la solemne ceremonia.
El mensaje presidencial hizo énfasis en recuperar la unidad y concordia del pueblo norteamericano, dejar atrás la división y el conflicto y atender de inmediato las consecuencias que provocaron que se exaltara una vieja herida que los ha acompañado: el racismo y la supremacía blanca. Mejores días nos esperan a todos.