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Después de batallar unos días, logré entrar a la página de internet que el gobierno federal creó para registrar a los mayores de 65 años, para posteriormente, en caso de aceptar la vacuna, poder recibir en el futuro información de día, hora y centro de salud donde me la pondrán. De inmediato surgen las dudas que esta aceptación genera: ¿Cuándo será la fecha que me vacunaré? ¿Será pronto? ¿Qué vacuna me irán a poner? ¿Será efectiva? Y cómo estas preguntas, otras generadas por las dudas vinculadas al origen de la vacuna. ¿La de AztraSeneca no funciona en mayores de 60 años? ¿Que la de origen ruso no es tan eficiente?

Permítanme decir que yo me pondré la vacuna que me toque de las aceptadas por la Secretaría de Salud y la Cofepris, instituto acreditado para revisar y aprobar el uso de medicamentos y vacunas, entre otras funciones. Me la voy a poner porque es urgente salir de esta pesadilla, urge a las familias contar con ese biológico que nos regrese de nuevo a convivir con nuestros familiares y digo como antes, porque somos seres altamente sociales y los integrantes de nuestro entorno requieren los lazos que nos unen para convivir, en el trabajo, en el deporte, en la familia; es nuestra principal fuente de información y cultura; convivir, sin duda, permitió, permite y permitirá a la sociedad mundial salir adelante.

Desde luego no todo deberá ser igual, no debemos seguir contaminando nuestros bosques, nuestro aire, nuestras fuentes de agua para beber, nuestros océanos, nuestros suelos, nuestra alimentación; debemos ser más responsables con nuestra salud. Lograr de nuevo nuestra libertad implicará un esfuerzo, el tiempo de espera no será fácil, con mucha suerte a finales de año se habrán vacunado todos los mexicanos… es lo deseable.

Finalmente reconocer a los miles de médicos, enfermeras, afanadores y personal involucrado desde ya casi un año en dar la batalla para salvar vidas. Sin ellos, los resultados serían inimaginables, nos aterrorizan las cifras de contagios y fallecimientos, cifras que rebasan por mucho los pronósticos de hace un año, pero sin el personal de salud la cifra sería peor.

Debemos enfatizar en la necesidad de continuar cuidando el cumplir con las medidas sanitarias tantas veces escritas y divulgadas, utilizar el cubrebocas, guardar la sana distancia de 1.5 metros entre nosotros, procurar no asistir a lugares cerrados y muy concurridos y lavarse las manos a menudo. Las reuniones de trabajo deben de igual manera cumplir con las medidas aplicadas a la empresa a la que se pertenece. Estamos obligados a redoblar nuestros esfuerzos para salir de nuevo a la luz.

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