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La primera demanda de los inversionistas internacionales o locales, para mantener su ritmo de inversión en los cambios de gobierno, es garantizar la continuidad de la política económica: desde respetar contratos y obligaciones adquiridas por las administraciones pasadas hasta el compromiso de no llevar a cabo modificaciones legislativas abruptas o radicales.

No obstante, a partir de su toma de posesión, todo gobierno, aun cuando sea del mismo partido, intenta diferenciarse del anterior estableciendo modificaciones a los programas de inversión en infraestructura y de apoyo social. Algunas pueden ser cosméticas, como el simple cambio de nombre; otras buscan mejorar su eficiencia, con ajustes en las normas de operación; las demás son canceladas.

A veces basta con que el programa haya sido propuesto o la obra haya sido iniciada por la administración anterior, por más exitoso o aceptado que fuera, para condenarlo al ostracismo, sin importar el costo económico o social que ocasione, como sucedió con la cancelación del aeropuerto de Texcoco y el programa de Estancias Infantiles.

Tal vez por ello, y probablemente sin mayor análisis que lo justifique, más que la (in)disponibilidad presupuestal, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la cancelación de las 7 Zonas Económicas Especiales (ZEE) del país, lo que amenaza con tirar en saco roto el esfuerzo realizado, con mayor o menor avance, en las 7 regiones para llevarlas a cabo.

En especial nos interesa la ZEE proyectada para el municipio de Progreso, que está destinada a los impulsores de la “economía del conocimiento”, la “transformación digital” y la “industria 4.0”, a fin de montar a nuestro Estado en el vertiginoso desarrollo que la caracteriza, y que se encuentra en un grado de avance nada despreciable, pues cuenta ya, además del espacio físico para asentarse, con compromisos firmes para que se establezcan algunas importantes empresas.

Por ello resulta indispensable, ante la indisposición federal para continuar con ese programa, que el gobierno del Estado tome la estafeta para darle continuidad a los trabajos llevados a cabo, como lo hace con el parque industrial de Hunucmá, y que sea el gobernador Mauricio Vila quien encabece las gestiones ante la Secretaría de Hacienda a fin de obtener el trato preferencial para atraer esas industrias a Progreso.

Antes que darnos por vencidos es necesario persistir. Aprovechar los avances logrados y restablecer los contactos con los inversores interesados a fin de generar el crecimiento económico de calidad y generar empleos bien remunerados.

Auge. A pesar de la contracción del turismo nacional, atribuida a deficiencias en la promoción, el auge aquí de la industria turística demuestra que la Sefotur tiene una dinámica especial.

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