Hace algunos días la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, durante una visita a una Escuela Primaria como parte del programa “Bienestar para Niñas y Niños, Mi Beca para Empezar 2021- 2022”, dio a conocer durante su discurso el origen y motivo de este apoyo que se viene otorgando desde el 2019 a todos los estudiantes de las escuelas públicas de la capital mexicana de los niveles preescolar, primaria, secundaria y a los centros de atención múltiple, proyecto único en toda la República y que tiene la finalidad de apoyar de manera integral a través del beneficio económico a las familias de los alumnos, además de garantizar que las niñas y los niños reciban sin distinción por sus resultados académicos esta ayuda, como un estrategia que permita la permanencia y conclusión escolar, de forma que se procure la igualdad en el acceso a la educación.

Esta iniciativa ha provocado en algunos grupos políticos argumentaciones injustificadas, debido a que se eliminó el programa anterior “Niñas y Niños Talento”, el cual era dirigido solamente a estudiantes con calificaciones de 9 y 10. Una de estas reacciones de inconformidad la manifestó la diputada del Partido Acción Nacional (PAN), América Rangel, quien en sus redes sociales calificó el beneficio como un “Terrible error. Se debe premiar el mérito siempre, de lo contrario no hay incentivo para esforzarse”. De igual forma, el señor Pedro Ferriz Híjar, estimó a esta beca como “móndriga”, además de alegar que no todos la merecen, opiniones a las que se suma la del periodista Pedro Ferriz de Con, quien utilizando un ruin ejemplo de que en el mundo que vivimos “nada es parejo”, dando a entender que es justo seguir reproduciendo las diferencias que genera la meritocracia y las prácticas discriminatorias. Sin duda estos personajes están muy lejos de comprender lo que significa garantizar el Derecho a la Educación.

El artículo 3 constitucional contiene 4 elementos fundamentales que debe cumplir el Estado de Derecho con respecto a la Educación, uno de ellos es asegurar el acceso a la formación escolar a todas las personas sin que las condiciones físicas, económicas, sociales, demográficas o culturales representen diferencias en su disfrute. En cuanto a la accesibilidad el Estado deberá garantizar que la población titular del derecho cuente con los medios físicos y económicos que le permitan solventar los gastos de acceso a los servicios educativos obligatorios, estos son: matrícula, cuotas, uniformes, útiles escolares y costos de oportunidad, entre otros (Coneval, 2018). Por lo tanto, debería más bien preocuparnos cómo algunas entidades no toman en cuenta estas consideraciones, en donde a pesar de que existen poblaciones vulnerables no se cubren estos servicios, un ejemplo muy claro es el aumento considerable de las cuotas o el poco interés por apoyar a los estudiantes en el servicio de transporte y alimentación.

A todo esto, considero un ejemplo el esfuerzo administrativo que realiza la Jefa de Gobierno en la Ciudad de México, ojalá que su iniciativa de beca universal en el nivel básico logre permear a otros estados de la República, para garantizar el beneficio de la educación de niñas, niños y adolescentes.