Mirada sociológica de la violencia (I)
Cesia S. Rodríguez Medina: Mirada sociológica de la violencia (I).
La violencia parece rodearnos constantemente, al mismo tiempo cada día son más visibles sus manifestaciones que nos llevan a cuestionarnos ¿por qué?, ¿de dónde surge?, ¿qué hacer para evitarla?, ¿podemos eliminarla?, no tengo respuestas finales como muchos, sin embargo, encontrar explicaciones sobre estudios más profundos tal vez nos ayuden a reconocerla e ir erradicándola, aunque parezca un hecho irremediable.
Primeramente la violencia es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “el uso intencional de la fuerza o el poder físico (de hecho o como amenaza) contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”, aunque existen muchas otras formas de explicarla, esta definición engloba su aspecto más general. Los tipos se clasifican en tres: la violencia autoinfligida (comportamiento suicida y autolesiones), la violencia interpersonal (violencia familiar, que incluye menores, pareja y ancianos; así como violencia entre personas sin parentesco) y la violencia colectiva (social, política y económica). Su naturaleza puede cambiar así como presentarse desde diferentes ámbitos, los más identificados son el maltrato infantil, violencia entre parejas, laboral, escolar y feminicidios, a su vez este fenómeno se ha podido estudiar desde diferentes enfoques: biológico, psicológico e histórico, etc. Esto debido a la multiplicidad de formas en las que se presenta, por esta razón algunos investigadores han optado por utilizar el término violencias para no limitar su entendimiento.
Ahora bien, como mencioné, este problema puede ser estudiado desde varios campos del conocimiento, haré un acercamiento desde la mirada sociológica compartiendo algunos análisis. El Dr. Robert Muchembled en su libro “Una historia de la violencia” (2010) hace un exhaustivo recorrido a partir del final de la edad media a la actualidad en la sociedad occidental para registrar sus indicios y su evolución, en esta obra el autor concluye que las acciones violentas, agresiones y homicidios han sido manifestados generalmente por el género masculino, atribuido esto a razones biológicas, pero también a la reproducción de la cultura de la violencia que se ha transmitido legítimamente, esto es, a través de las guerras como defensa del honor masculino y la idea de asumir un rol protector de los más débiles o de lo que se conoce como la ética viril, sin embargo, a pesar de estas cuestiones destaca que del año 1300 al 2000 se refleja un importante decrecimiento de homicidios, adjudica las causas a la evolución y desarrollo de las sociedades y la conformación de los estado-nación, también a las medidas punitivas y la educación, entre otros factores socio-culturales. Es importante mencionar que el autor argumenta que el perfil homicida no ha cambiado mucho durante estos siglos, pero sí ha encontrado otras formas de manifestarse.
A todo esto parece que la violencia puede ser reforzada o controlada y se le adjudica la posibilidad de que sea una construcción social que se introduce legítima e ilegítimamente. (Continuará).