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Supe que una amiga sufrió un intento de secuestro en un taxi, la entrevisté porque creo que su intuición y su experiencia son muy valiosas en estos tiempos, conservo su anonimato y comparto sus palabras:
“Me subí despistada a un taxi, no escuché a mi instinto.

El chofer se iba poniendo de acuerdo con unas personas por radio, yo distraída en el teléfono, no me fijé que el auto no traía tarjetón, sólo cuando aquél desvía el camino me pongo alerta.

A mi cabeza llegaron las mismas posibilidades positivas y negativas. ¿A dónde me va a llevar? ¿Cuánto tiempo tiene un venado para correr cuando ve a un león?

“Mi única opción era lanzarme del auto, confiando en que afuera alguien me ayudaría. Me aventé y empecé a gritar. Denuncié porque pienso en más mujeres, porque es importante cuidarnos entre nosotras, si me dieran a elegir entre un proceso legal o que eso le pase a alguna de mis amigas, prefiero vivir un proceso.

“Esta sociedad nos mira como frágiles, como débiles y siento que lo que se está construyendo en tema de economía y equidad también tiene que construirse con la conciencia de que las mujeres somos fuertes y podemos defendernos.

Es cierto que en muchos casos somos más débiles físicamente, pero eso no nos impide defendernos. Las mujeres siempre estamos expuestas: por como nos vestimos, al viajar solas, al ser bajitas o por quienes nos rodean, eso nos puede hacer sentir expuestas y frágiles.

Las mujeres lo pensamos dos veces antes de caminar por una calle oscura. La persona que acecha estudia a su víctima, ellos se dan el tiempo para saber cómo atacarnos, nosotras tenemos que darnos nuestro tiempo para aprender a defendernos.

“Así como en la selva el león estudia al venadito, es lo mismo en una situación de violencia: el agresor estudia a su víctima. Te lo digo porque crecí en un barrio, mi papá me enseñó a defenderme, o sobrevives o…

Todos los días nos acosaban de camino a la escuela; nos agarraban las nalgas o los senos o se sacaban el miembro. Yo llegaba a mi casa llorando, mi papá me dijo: te cambiamos de escuela o aprendes a defenderte.

Tienes que estar siempre atenta, no descuidada, no te distraigas. En estos tiempos eso es lo que tenemos que hacer las mujeres, sobrevivir.

Es bueno recordar que las mujeres tenemos posibilidades, investigarlas, aprenderlas y usarlas.
Ser actriz me ayuda a tener la capacidad de resolver desde las posibilidades que tengo”.

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