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Hace unos años me buscó un joven cineasta, quería hacer la adaptación cinematográfica de mi obra “Del manantial del corazón”. Creí que, como ha pasado con otros acercamientos, esta propuesta no era más que otro sueño “guajiro”. René Vargas Madrigal, el joven cineasta, se comprometió a rodar la película en Yucatán y disponer de todos sus ahorros para realizarla. El rodaje comenzó el 1 de abril, con un maravilloso reparto encabezado por don Mario III, Socorro Loeza, Raúl Niño, Juan Carlos Argáez, Geigi Canul, Ilse Morfín, Oswaldo Ferrer, Pablo Herrero y otros tantos que comentaré por aquí.

En verdad me hace muy feliz que los artistas yucatecos estén participando y, a decir del director, su trabajo es admirable. Me conmueve no solo la disposición de los artistas, sino también de la iniciativa privada, que me ha buscado y me ha brindado todo su apoyo para que la película se realice de la mejor manera. Agradezco a la hacienda Chaká, la fonda “La ejidataria”, al Sr. Mario Valdez, al Ayuntamiento de Mérida, Teatro Casa Tanicho, Ayuntamiento de Tixpeual, Serpientes Sierra, Asociación Cedidown, Eva Esquivel, Juan Carlos Sierra y Abraham Espinosa Pat, director de la compañía de danza Folklórica “Kaambal”, e infinidad de voluntades que se han sumado a nuestro proyecto.

Tenemos en el elenco a dos pequeños actores, un bebé de dos semanas de nacido y al pequeño Mateo, un pequeño brillante y talentoso con síndrome de Down. Me encanta integrar niños a nuestro trabajo, soy utópica y creo en la idea de dejar en ellos la semillita del arte y verla florecer algún día, me encanta que además sean historias que enaltecen nuestra cultura y nuestras tradiciones. He visto algunas fotografías del rodaje y la belleza de nuestro estado, aunada al trabajo de todo el quipo, está logrando una película entrañable. Los mismos cineastas están conmovidos por la hospitalidad de nuestra gente y la generosidad con que apoyan para hacer nuestra película. Siempre he dicho que los proyectos no dependen de los presupuestos, pero sí de las voluntades, y esa nos sobra a todos los que deseamos hacer cine con el rostro y poderío de nuestro estado. Lo hacemos sin becas ni presupuestos millonarios, lo hacemos con muy poco, si es que a las enormes ganas de crear pueden considerarse poco.

Yo aterrizo hoy a Mérida, me toca grabar mis escenas y mirar de cerca el proceso. Mi maleta de sueños va liviana de equipaje, pues un sueño más se realiza y me llena de deseos por seguir creando bajo la perspectiva de mi identidad y cultura. Llevo meses fuera de Mérida, haciendo teatro, cine y televisión en otras latitudes, pero regresar a mi estado, compartir con los míos y abrevar de mis raíces es el signo más importante de mi vida. Ahora acaricio la idea de crear una serie en Yucatán, con actores yucatecos y con destacados actores de talla nacional e internacional. Soy una mujer que sueña, persigue sus sueños y casi siempre los realiza. Nunca he traicionado mis sueños, quizá por eso ellos nunca me han traicionado a mí.

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