|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Cuando hicimos el casting de la película “Del manantial del corazón”, director y productores quedaron encantados con el talento y carisma de Ángel Velázquez, Tauch, uno de nuestros nuestros actores más representativos. Comparto una breve entrevista.

Ángel: Inicio mi carrera con Raúl Niño en 1990, en un taller de teatro con Enrique Cascante y Melba Alfaro. Fue la época en que nos llevaban en las combis del Instituto de Cultura a muchos municipios. Tauch surge años después. Cuando usaba una guayabera verde, y como soy negro parecía un Tauch. Un gato de Balita Balam no decía ‘miau’, decía ‘tau’, y Balita le decía: Ahí está tu tío Tau, así, hasta que salió Tauch. El teatro es más satisfactorio para mí, pero acá en nuestra tierra no comemos de eso. El camino me llevó a los bares, lo cual disfruto un montón, y me da una vida cómoda. De cuando en cuando tengo chance de hacer teatro y soy más feliz. La diferencia es abismal. En un bar algunos te van a ver, pero la mayoría no, tienes que hacer uso de todo lo que sabes para captar su atención, para que cien o más personas comiendo y bebiendo volteen a mirarte. Disfruto tener a la gente a un metro de mí, disfruto decirles cosas, ¡y más cuando me contestan! Disfruto poder ser yo, a veces sin personaje, disfruto jotear, llorar, contarles mis penas, y sentir la empatía de algunos. Los tragos también, ¿por qué no? El teatro es diferente, te preparas diferente. La gente va a eso, a mirarte. No tienes que esforzarte más, pero es más agotador. No les cuentas tu vida sino la de un personaje. Esos nervios detrás del escenario, las cosas técnicas, la comunicación con tus compañeros.

“La seriedad y el profesionalismo de Raúl eran para asustar a muchos. Cuando Raúl regañaba, hasta uno temblaba. Yo con Raúl trabajé muy cómodo. Era muy raro que me llamara la atención, sólo me daba indicaciones. Cuando hacía algunas cosas más en el escenario, o me brincaba textos, lo hacía reír. Luego me decía que revolví el libreto. Pero aunque era una llamada de atención miraba cómo disfrutaba y reía con mis tonterias. Cuando viajábamos, por ejemplo a Xcaret, compartíamos. Con Raúl Niño empecé a hacer teatro y aprendí mucho. Con Raúl Niño aprendí que cada compañía tiene una forma de trabajar y todas se respetan. Como actor aprendes a tener paciencia y respeto. Raúl Niño es mi maestro.

“He hecho muchos personajes: de mujer, de gay, de macho. Me he accidentado, he olvidado mis textos, he sido productor, director. También estuve en televisión, en radio, cabarets, bares, ferias, eventos. He viajado. Me falta hacer cine, no he logrado un corto. No he hecho internet porque no me gusta. Aunque ahora será necesario. Amo mi trabajo y una de las cosas que estoy sufriendo no es la falta de dinero, porque para la comida sí sale. Estoy sufriendo que no me he parado en las tablas, que el artista está sentado sin ser artista. No me preocupa vender comida o hacer alguna otra cosa para sobrevivir. Me preocupa no regresar, ser olvidado, que el artista desaparezca. Eso me está dando terror. Del resto, soy feliz”.

Yo creo que nuestro querido Tauch, por su ingenio, picardía y talento, es inolvidable.

Lo más leído

skeleton





skeleton