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Las condiciones actuales nos empujan a construir una vida virtual. Los yucatecos nos relajamos con el semáforo naranja, algunos soltaron los cuidados y volvieron a la vida sin las precauciones necesarias. Esto elevó el número de muertes y contagios en el estado. El gobernador volvió a imponer medidas (ley seca y toque de queda) que no fueron del agrado de muchos. Para los que nos dedicamos al arte, específicamente al teatro, los tiempos merman nuestra economía pero no nuestra capacidad de adaptarnos ni de crear. Es más, creo que si nos paralizáramos completamente nos enfermaríamos. Es justo en la capacidad de adaptación y la creatividad, donde encontramos el camino para sentirnos bien. “Sólo los árboles más flexibles resisten los huracanes”, decía uno de mis maestros. Esa frase me acompaña junto con el equipo creativo con el que he estado generando contenidos los últimos tiempos.

Entramos a la vida virtual del arte, esa que algunos rechazan, otros agradecen y otros más aprendemos a comunicarnos a través de ella. Nosotros hemos podido mantenernos dando funciones en línea, nos ha sorprendido que se han agotado los boletos (no saturamos el servidor para que no se caiga el evento) y saber que el público tiene interés en consumir teatro. Al final de nuestras funciones abrimos cámaras y micrófonos y charlamos con el público. La maravilla de la virtualidad es que podemos conectarnos de diferentes países. Hemos tenido espectadores de Estados Unidos, Perú, Chile, España y Brasil. ¿Quién nos iba a decir que las limitaciones de la pandemia nos iban a abrir nuevos públicos y nuevas formas de trabajo? Sé que algunas compañías se resisten al teatro virtual, otras transmiten videos pregrabados que hacen que el público se distancie de la proyección. Sé también que hay teatristas que exploran las posibilidades de la pantalla y sus obras tienen mucho sentido para sus espectadores.

Nosotras acabamos de iniciar temporada de “Del manantial del corazón”, tendremos dos funciones más el 2 y el 6 de agosto a las 20:00 horas. Esta obra habla de todo lo relacionado con el embarazo y la maternidad en Yucatán. “Las embarazadas no deben costurar con hilo largo, ya que así de largo vendrá el cordón umbilical del bebé y puede enredarse en su cuello”, suelen aconsejar las parteras. En la obra representamos el jets meek, es hermoso hacer la ceremonia y pedirle a los espectadores que abran cámaras y micrófonos para regalar algo al niño que es entregado al corazón del cielo y al corazón de la tierra.

Les invito a vivir la aventura del teatro virtual, esto que algunos llaman “cine en vivo”. Parte de lo recaudado va para el teatro independiente “La Capilla” que actualmente se encuentra cerrado, y sólo con el apoyo de los espectadores podrá seguir funcionando en un futuro. El costo de los boletos es de $100 y $200. Usted elige con cuánto apoyar. Los boletos se adquieren en www.boletopolis. com. ¡Los esperamos!

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