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La gran mayoría de las instalaciones de generación de energía solar distribuida que se han realizado hasta ahora en México han sido en viviendas con tarifa DAC y en comercios con tarifa comercial o PDBT, y la razón es muy simple: son los casos en los que la rentabilidad o el retorno por la inversión que debe hacerse son más altos que en cualquier otro caso.

Sin embargo, el incremento sustancial que experimentaron las tarifas de media tensión en los meses recientes ha generado un interés velozmente creciente por parte de los propietarios de empresas con muy altos consumos de electricidad, que ahora están explorando el modo de invertir en sistemas fotovoltaicos. Esto seguramente derivará en que 2019 será un gran año para la industria de la energía solar.

Para que el avance sea posible, uno de los principales obstáculos que deben vencerse es el del espacio disponible para realizar las instalaciones. Precisamente los centros de carga que se encuentran en esquemas tarifarios de media tensión por lo general son sitios en donde el consumo es muy alto comparado con el área de superficie construida que ocupan, y por lo tanto la azotea con que cuentan.

Desafíos similares afrontan los proyectos de mayor escala, los terrenos poseen restricciones ambientales y socioeconómicas que no es fácil y sí muy costoso resolver. Por esa razón es que tiene pertinencia hacer un ejercicio de innovación e ingeniárselas para encontrar espacios ya impactados, y que pudieran servir para instalar sistemas fotovoltaicos.

De ese modo, se ha encontrado que los cuerpos de agua, ya sea naturales o artificiales, tienen un gran potencial para instalar sistemas fotovoltaicos flotantes o “flotavoltaicos”. El desarrollo es aún muy incipiente a nivel mundial, quizás hoy solamente existan poco más de una centena de proyectos de este tipo en todo el globo, aunque algunos de ellos muy grandes, como en China, por ejemplo, en donde intencionalmente se han inundado grandes minas de carbón, formando lagos, y sobre de ellos se han instalado algunos de los proyectos “flotavoltaicos” de mayor dimensión en el planeta.

En los Estados Unidos, un reciente estudio indica que en los más de 24,000 cuerpos de agua censados, podría generarse hasta un 10% de la energía eléctrica que todo el país demanda. En México, y especialmente en Mérida, no abundan los lagos y lagunas, sin embargo algunos desarrollos residenciales o comerciales están adquiriendo la costumbre de dotar a sus áreas comunes y recreativas con pequeños lagos en donde podrían instalarse proyectos así. Un buen sitio en Progreso sería una parte de la pista de remo y canotaje.

Muchos de los bancos de materiales ya explotados y abandonados, en cuyas hondonadas ya no puede hacerse casi ninguna otra cosa y el impacto ha sido generado sin remedio, podrían ser usados para este fin, evitando que se afecten selvas y bosques.

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