Cuevas se hizo viejo
El pintor "se convirtió" en una cajita de cenizas, y no alguno de esos ‘monos’ desfigurados e intensos que solía pintar.
El lunes por la tarde se murió el famoso artista José Luis Cuevas. Murió de viejo... Tenía 83 años, estaba enfermo y desde hace mucho que no mostraba señales de rebeldía. Es normal, mientras más viejo, más intentas descansar el alma buscando alcanzar la paz.
Sin embargo, Cuevas lo hizo desde hace mucho: Apenas el martes se le rindió un homenaje en el máximo ‘bastión’ de la alta cultura mexicana, el Palacio de Bellas Artes. A ese lugar llegaron políticos, funcionarios, artistas de élite y toda clase de personas para mostrarse lo más cercano posible al muertito, quien terminó siendo una geométrica y delicada cajita de cenizas, y no alguno de esos ‘monos’ desfigurados e intensos que solía pintar, y que tanto le admiro.
Pero cuando Cuevas tenía 22 años sí era rebelde. No solamente era una rockstar de la pintura, y viajaba a Washington, Nueva York o París; y hacía performances contra Diego Rivera o salía en portadas de revistas con sus ropas ‘gringas’ y cabellera a la moda… Cuevas de verdad fue un rebelde: Cuando en 1951 publicó su manifiesto La cortina del nopal logró molestar a todos aquellos protectores del arte nacionalista, que encontraban en el Muralismo una forma de propagar las acciones del gobierno y mantener a raya el pensamiento crítico.
Con ese enérgico texto, José Luis inicia una batalla contra el pensamiento abrumador de la época que imponía a lo mexicano como “lo único”, y que en su búsqueda por educar al pueblo terminó cimentando en el mundo la imagen del país como la de un campesino de “sombrero y zarape”.
Hace años Cuevas criticó una y otra vez el miedo de no mirar más allá de las fronteras, y lo hizo con mucha inteligencia y talento. Luego se volvió viejo y las instituciones finalmente normalizaron su protesta, incluso el mismo presidente terminó lamentando la muerte del que llamó “sinónimo de libertad, creación y universalidad.” Nosotros sabemos que Cuevas también fue rebeldía.