Nuestras muertas
Los asesinatos de mujeres son neutros y compartidos, un problema de todos que no distingue.
Lastimosamente el feminicidio no es un tema nuevo ni desconocido en nuestros contextos. La violencia contra la mujer existe y persiste, sin embargo, parece que muchos sectores de la sociedad no quieren comprender.
Los asesinatos de mujeres no son un problema masculino o femenino, no tienen género. El crimen es en el humano un trastorno neutro que particularmente en nuestro estado coloca como víctima a la mujer porque existe un trasfondo cultural bastante complicado.
Y para actuar sobre el feminicidio hay que reconocer que el problema existe: uno no se medica hasta que sabe que tiene una enfermedad, ¿no? Lo mismo pasa con los cánceres sociales.
La poesía es una herramienta difícil, pero sincera, para reconocer este problema. Es por ello que me parece éste el momento adecuado para compartir algunos versos de un texto sobre las muertas de Juárez, el cual considero interesante. El poema es de Neeli Cherkovski, en versión de Moisés Villavicencio para la revista Círculo de Poesía.
Las mujeres de Ciudad Juárez
Carla, éste es mi poema nuevo
lo escribí esta mañana para que tú tal vez escuches mis palabras
en tu ciudad montañosa rodeada de cóndores
tal vez debo murmurar las palabras aunque no sea apropiado
los sueños tristes de las mujeres que ya no están
la baladista perdida y aquellas que caminan hacia el abismo solas rodeadas de estrellas
¿Qué tipo de asesinos arcaicos aparecen en nombre del perro y el gato?
“justicia para las mujeres asesinadas” dice un papel clavado en el poste al final del camino que lleva a lo implacable
¿Cuántas más tienen que desaparecer?
Ellos vienen a matarte
están tan lejos y tan cerca
ellos se esconden en sus colonias
contratan guardias para sus hijos
ellos pisan tus huesos rotos
golpean con sus pies tus ojos
¿qué canción es la que ellos cantan?
ellos cantan sobre la sierra y los arroyos secos
y duermen de manera profunda toda la noche.