¿A qué juega Morena?
El poder de la pluma
Entiendo perfectamente la jugada de Morena y su candidato... lo entiendo perfectamente y como estrategia política me parece muy inteligente, impecable. Buscan conseguir toda la fuerza posible antes del 1 de julio, por eso no le cierran la puerta a nadie; “de poquito en poquito se llena el cantarito”, dicen. Entonces aceptan a todo aquel que esté dispuesto a sumarse a Morena, sea quien sea o haya hecho lo que haya hecho.
Y la verdad es que el candidato morenista está años adelantado a Meade y Anaya. Él ya piensa en cómo va a gobernar y por eso incluso presentó a su gabinete. Inició campaña desde 2006 y ahora sólo le queda formular su plan de gobierno. Para eso necesita a todos aquellos que representen intercambios políticos.
He aquí su error: la mentira. Él ha prometido que acabará con la corrupción y cambiará el sistema mexicano, pero ¿cómo?, si a Morena no dejan de adherirse políticos “de vieja escuela” que han mamado de los recursos públicos toda su vida. Ahora es tan partido como el PRI o el PAN y utiliza mecanismos parecidos a los que tanto critica.
Para el aspirante, el objetivo es llegar a la silla presidencial: ¿y después qué? ¿Serán sus priistas y panistas quienes ocupen las secretarías?, ¿serán sus líderes sindicales quienes manejen los acuerdos para los trabajadores? Con este tipo de movimientos no está pensando en acabar con la corrupción, lo que hace es asegurar su lugar como presidente.
Y seguramente me van a replicar: “Pero Anaya y Meade son iguales o peores”, y tienen razón. ¿Pero acaso no sabe el de Morena que está prometiendo a los mexicanos algo que no puede cumplir? Él lo sabe bien, sabe que no tiene la capacidad de acabar con toda la porquería que se vive en nuestro sistema gubernamental. Lo sabe y aún así asegura que lo puede lograr. Eso se llama mentir y es igual de bajo que ser corrupto.
Es el origen de los problemas en este país.