“Mientras tanto”, de Diego Casas
El poder de la pluma
En esta ocasión comparto un fragmento del ensayo “Mientras tanto”, del joven escritor Diego Casas Fernández, un amigo poblano que ha publicado para revistas como Tierra Adentro y Divague, además de que ya cuenta con el libro Punto Ciego, editado por la UNAM en 2016.
“Alguna vez me pregunté qué hace Facebook con los perfiles de los usuarios con pocos días de muertos y cuya información (videos, selfies, hábitos, historiales, aficiones declaradas, secretos a voces) se encuentra disponible todavía en la red. Imaginaba dicho sitio como una enorme fosa común en cuyo interior abundaran nombres más que cuerpos, rostros anónimos pese a estar ligados a una personalidad manifiesta en el aspecto, en la superficie, en una estampa… Hacía poco un compañero de la preparatoria había fallecido.
Su muerte no fue culpa de alguna bala perdida del ejército o del narco; tampoco fue víctima del crimen organizado. Su deceso, en apariencia, fue de lo más sencillo: su padre corría a 150 km/h en alguna autopista del país, el automóvil no resistió el embate del camión de redilas y se estrelló de lado contra el chasis de éste. En el carro viajaban Eduardo -mi compañero-, su padre, su madre y su hermana, dos años menor que él. Ambos hijos murieron; los padres inexplicablemente quedaron sanos y salvos, aunque con algunas heridas y contusiones leves. Pero vivos.
Tiempo después me enteré del fallecimiento de Eduardo y pensé en los muertos que siguen en activo (aunque no solo en Internet). Su vigencia da la ilusión de que la muerte no ha reparado en ellos; que ni el chico sonriente ni la coquetería de la bella joven han sufrido ningún rasguño. La réplica virtual que cultivaban en sus redes sociales ahora solo filtraba restos de lo que alguna vez fueron los dos”.
Puedes leer el texto completo en: puntodepartida.unam.mx.