Tekax y el normalismo rural
Cristóbal León Campos: Tekax y el normalismo rural
Hace setenta y cinco años, el primero de mayo de 1946, se fundó la Escuela Normal Rural “Gregorio Torres Quintero” de San Diego Tekax, como parte del proyecto educativo de la Revolución mexicana, teniendo como ejes cinco puntos que representan la puesta en práctica de la educación integral: 1) Deporte; 2) Cultura; 3) Formación académica; 4) Formación política y 5) La enseñanza de Módulos productivos. La apertura de la Normal Rural de San Diego Tekax significó una nueva época en el normalismo yucateco, que contribuyó de forma palpable al desarrollo de la entidad y dio un nuevo impulso al papel central del magisterio en la sociedad, por el impacto directo de sus acciones en favor del desarrollo comunitario. Se aplicó al abrir sus puertas el plan de estudios aprobado en 1945, basado en seis años divididos en dos ciclos o periodos: en el primero se estudiaba lo equivalente a la educación secundaria y en el segundo se inculcaban las asignaturas profesionales para el desarrollo de los futuros maestros rurales, el ideal era formar maestros y maestras que de manera directa tuvieran una clara incidencia en las comunidades, haciéndose hincapié en la enseñanza agrícola y en las que fueran nominadas industria rurales. La presencia de alumnos de la región sur del Estado de Yucatán y de otras regiones incluso nacionales, ejemplifica el impacto que alcanzó la normal para el desarrollo educativo y social de la entidad.
Durante los 23 años que funcionó la Normal Rural de San Diego Tekax (cerrada en 1969), egresó a más de 800 alumnos distinguidos por su compromiso social, apego comunitario y conocimiento socioeconómico de las entidades donde ejercieron el oficio de enseñar, su característica central era proporcionar los cocimientos de la teoría pedagógica y social conjugados con las técnicas de desarrollo agrícola-laboral para ser puestos al servicio de las localidades, inculcando el pensamiento crítico entre los estudiantes. La educación rural se concebía como el camino a seguir para el desarrollo y por ello el maestro era el agente central del cambio cultural, en las normales rurales la definición de normalismo evolucionó hasta alcanzar un grado mayor de identificación con la herencia ancestral originaria.
La vinculación socio-cultural fue transcendental junto a las actividades pedagógicas-educativas que resultaron pieza clave para el mejoramiento de infantes y jóvenes en las comunidades donde laboraron o laboran los normalistas rurales, destacándose las acciones que reivindican a la cultura originaria de la región, otorgando a sectores del pueblo maya la posibilidad de acceder a la educación que se les negó por largo tiempo, consiguiendo sortear las muchas contradicciones surgidas entre el ideal y lo real de la instrucción. El empeño del magisterio rural surgido del proyecto revolucionario del cual es heredera la Normal de Tekax, fungió como bálsamo de consciencia impregnando la labor de quienes han puesto invaluables granos de arena en la montaña del porvenir nacional, el apego al origen humilde, proletario-campesino y maya, no se diluyó a pesar de los avances y retos posteriores que significaron los cambios políticos implementados en la etapa pos-revolucionaria de México.
Hoy, los egresados de la Normal de San Diego Tekax, mantienen la memoria y el ejemplo de tan loable aportación a la historia de la educación nacional.