El arte de hacer impresos
Cristóbal León Campos: El arte de hacer impresos.
Quizás sea un romántico a la antigua, alejado de las modas y los tiempos virtuales que vivimos, pero sin duda sigo prefiriendo el olor y la textura de un impreso, donde con la vista se puede palpar la tipografía y percibir las formas que el trabajo de diseño a plasmado, para mí, es más elegante y llamativo una bella edición resultado del trabajo conjunto del equipo editorial (editores, impresores, correctores, diseñadores, redactores y escritores, etc.) que una página web por más elaborada que pueda estar. Y esto último no significa que no disfrute escribir en diversos medios de internet o leer sus contenidos, comprendo y reconozco el valor y la importancia de los libros y ediciones digitales para la divulgación de los escritos, pero eso no impide tener un gusto culposo muy personal hacia las obras físicas.
No es solo una cuestión de nostalgia, aunque seguro hay mucho de ella, pero una vez más en el quehacer cotidiano, la vida me ha dado la oportunidad y el privilegio de laborar en torno a la publicación de periódicos, gacetas, libros y revistas, y el ser parte de los procesos de su elaboración me llena de gran satisfacción. En todo trabajo hay siempre días de presión, en los que el tiempo parece devorar todo esfuerzo y ser insuficiente, jornadas extenuantes en las que daría la impresión de que le objetivo no se cumplirá, mas luego de la entrega conjunta el fruto sale a la luz para reiniciar los esfuerzos por uno nuevo al día siguiente, y en ese transcurso de una edición a otra, una serie de emociones nos colman llevándonos a diferentes estados de ánimo, revolucionando la mente y apresurando las capacidades, pero nada satisface más que escuchar el sonido de las imprentas que tras el cuidado necesario darán vida a los sueños y las ideas de muchos y muchas, quienes con su opinión o su actuar en sociedad impactan la vida de todas y todos.
Disiento de quienes piensan que el fin de los libros e impresos está cerca, creo que por muchas décadas más acompañarán a la humanidad resguardando su memoria y atestiguando sus cambios y complejidades, aunque es cierto que las tendencias generales se dirigen al tránsito pleno a la virtualidad. Admiro el trabajo creativo de quienes ilustran y/o diseñan las páginas que una a una recorremos con todos los sentidos, valoro la dedicación de escritores y escritoras que mediante la palabra nos transportan a otras realidades o nos permiten mirarla a través de otros ojos, reconozco la indispensable función de la corrección de estilo y la ortotipográfica, así como de la voz de mando que dirige u orienta el sentido de la edición en curso, en sí, el conjunto del trabajo realizado es una forma de arte que se manifiesta a través del resultado impreso. Durante muchos siglos la impresión de libros y demás documentos requirió un cuidadoso proceso, que con el paso del tiempo y los avances tecnológicos, fue intercalando en su elaboración la delicadeza manual del impresor y las bondades de las nuevas máquinas.
Hacer impresos es un arte, uno que procura ser un canal de comunicación de aquello que otra u otras personas han expresado a través de la escritura, ser parte de esos procesos de elaboración es una enseñanza constante que alimenta el deseo de conocer y, al mismo tiempo, nos conduce a perfeccionar nuestro quehacer, el mundo de los libros e impresos es en cierta forma una odisea a la que regresamos para disfrutar de la existencia.